Las pinturas rupestres en su interior, de más de 30,000 años de antigüedad, son unas de las más detallas jamás halladas
En diciembre de 1994, tres exploradores realizaron un descubrimiento asombroso en el sur de Francia: la Cueva de Chauvet. Con 400m de longitud, contiene restos de animales paleontológicos y, más impresionante aún, está repleta del arte rupestre más detallado encontrado hasta la fecha. Sus paredes muestran miles de criaturas pintadas, representando al menos 13 especies diferentes, algunas de las cuales nunca antes han sido vistas en otros dibujos.
Para proteger las pinturas, la cueva ha sido sellada. Desde su descubrimiento, se permiten sólo 200 investigadores al año, quienes han explorado el sitio y dado a conocer nueva información sobre su pasado. Los dibujos de leones, mamuts y rinocerontes indican que el arte no relata historias de cacería, ya que estas especies dominantes no eran cazadas rutinariamente por los primeros humanos.
Algunos expertos creen que estos dibujos cuentan con una cualidad cinemática, ya que se realizaban en cuevas oscuras donde la única iluminación provenía del fuego. El parpadeo constante de las llamas, combinado con la repetición de las imágenes, creaba la ilusión de que los animales estaban en movimiento.

