Los trabajos comenzaron en el Gran Juego de Pelota; emplean materiales como los usados por los antiguos mayas
Tras una evaluación de especialistas a la zona arqueológica de Chichén Itzá, en Yucatán (en 1988 declarada por la Unesco patrimonio mundial), se puso en marcha su restauración integral, la cual dio comienzo hace dos meses en el Gran Juego de Pelota.
El propósito es la conservación de los antiguos monumentos mayas, afectados por el paso del tiempo, el exceso de humedad de la región y la visita masiva. Un trabajo de estas dimensiones no se realizaba desde 1922.
La primera etapa incluye la Gran Nivelación, conjunto donde además de la cancha prehispánica están la Pirámide de Kukulcán o El Castillo, el Tzompantli, las plataformas de Venus, de las Águilas y de los Jaguares, así como el Templo de los Guerreros.
La propuesta de conservación fue hecha por el Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y considera dos fases: la estabilización y conservación estructural de los edificios, y el trabajo de conservación de acabados, como pintura mural y bajorrelieves, proyecto a cargo del arqueólogo José Huchim Herrera.
Además de la rehabilitación de afectaciones causadas por la intemperie y el clima de la región (se utilizó un escáner 3D para detectar aquellas que a simple vista no es posible observar), se atenderá el deterioro causado por restauraciones hechas con cemento a principios del siglo pasado pero que ahora se sabe provoca que la humedad quede atrapada al interior de los monumentos, en lugar de evaporarse. Así, los resanes hechos con este material serán sustituidos con una mezcla de cal y polvo de piedra fina y cortezas de árboles, llamada bajpek, semejante a la que usaron los antiguos mayas para unir las piedras con que formaron los muros, escalinatas y ornamentos de sus ciudades. Luego los edificios serán recubiertos con baba de nopal para que el agua de lluvia escurra por su superficie y no penetre la roca.
La lluvia, el sol, el viento, la vegetación, los animales que buscan madrigueras y la visita masiva han deteriorado en diferentes grados la cancha prehispánica, considerada la más grande de Mesoamérica (mide 120 metros de longitud y 30 de ancho), edificada entre los periodos Clásico Terminal y Posclásico Temprano (900-1200 d. C.), cuando se registró el mayor auge económico y político de Chichén Itzá.
El amplio conjunto arquitectónico está compuesto por dos grandes muros paralelos en cuyo centro están empotrados dos anillos de piedra, conocidos como marcadores, además de seis paneles con relieves que narran el ritual del juego de pelota; el Templo de los Jaguares, construido sobre la parte superior del lado este, y en cuyo interior se conservan fragmentos de pintura mural, así como dos templos que rematan la cancha, uno al norte y otro al sur. Su arquitectura es una mezcla de los estilos puuc (característico por estructuras coronadas con cresterías y esculturas empotradas) y tolteca. Realiza un paseo virtual por Chichén Itzá

