Paleontólogos reúnen dos mitades de un hueso que perteneció a la tortuga más grande en nadar los océanos, encontradas con más de 160 años de diferencia
En un evento fortuito, paleontólogos han logrado unir dos mitades de un mismo fósil, halladas con más 160 años de diferencia. Los restos completos han permitido a los expertos conocer más acerca del gigante al que alguna vez pertenecieron; la tortuga más grande en nadar los océanos.
A mediados de 1840, fue hallado un enorme húmero, roto a la mitad. Al estar incompleto, aportaba poca información acerca del animal prehistórico al que perteneció, así que fue guardado en los archivos de la Universidad Drextel. En 2012, un paleontólogo amateur halló un objeto extraño. Al reconocer que se trataba de un fósil, lo llevó a los expertos del Museo Estatal de Nueva Jersey.
Los curadores del museo, Jason Schein y David Perris, notaron la similitud entre ambas piezas y las juntaron para su comparación sin pensar que podrían coincidir, pues se cree que los fósiles encontrados en estratos de roca expuesta se descomponen por la exposición a los elementos en pocas décadas, sino es que años, si no son recolectados y preservados a tiempo.
A pesar de haber permanecido expuesto durante al menos 162 años, era evidente que la pieza recién hallada embonaba perfectamente con la otra mitad. Ambas completaban el hueso de un mismo individuo que había habitado la Tierra hace más de 70 millones de años; Atlantochelys mortoni.
Gracias al nuevo hallazgo, ahora se sabe que A. mortoni era similar en apariencia a la tortuga boba moderna (Caretta caretta) y medía tres metros de largo. El animal prehistórico habitó durante el periodo Cretácico. Los resultados de la investigación han serán publicados en la nueva edición de la revista Proceedings of the Academy of Natural Sciences of Philadelphia.
Imagen vía Jason Poole / Drexel University

