Investigadores descubrieron signos de arteriosclerosis en estudio con momias, y se dan a la tarea de buscar las causas
Las pinturas halladas en las tumbas egipcias por lo general muestran a los altos funcionarios en acciones ágiles, hermosos y muy saludables, sin embargo al menos desde 1,500 a. C. los médicos ya habían observado síntomas de angina, ataques al corazón e insuficiencia cardiaca congestiva en sus pacientes, que grabaron en papiros, aunque dejaron pocos indicios en cuanto a la frecuencia de este tipo de casos.
Esto llevó a un equipo de cardiólogos de la Escuela de Medicina de Al Azhar en El Cairo, dirigidos por Adel Allam, y Gregory Thomas, de la Universidad de California, Irvin, a realizar un amplio y detallado estudio en 52 momias. El resultado fue que 44 de ellas aún tenían tejido cardiovascular, y poco menos de la mitad, 44%, mostraban endurecimiento definitivo o probable en las arterias; es decir, arteriosclerosis, causante entre otros factores de accidentes cerebrovasculares y ataques al corazón.
Sorprendió a los investigadores la alta incidencia de este padecimiento, pues la edad de muerte fue alrededor de los 40 años. Es sabido que el tabaquismo, la predisposición genética, una dieta rica en calorías y la falta de ejercicio son condiciones hoy para la arteriosclerosis, pero en el antiguo Egipto no todas éstas existían, entonces ¿cuál era la razón? Uno de los riesgos podría haber sido una elevada exposición a las infecciones bacterianas. Enfermedades parasitarias como la malaria y la esquistosomiasis eran endémicas en el valle del Nilo y los antiguos egipcios contaban con pocos medios para tratarlas. La respuesta podría estar en que la inflamación de las arterias ayuda a eliminar a los agentes de la infección y promover la curación, aunque las personas mayores pudieron haber pagado un alto precio con el desarrollo de la arteriosclerosis. Esta es una hipótesis que ahora los investigadores buscarán aclarar.