Después de 100 años de pasar desapercibida, una pintura de La Última Cena de Tiziano es encontrada en un templo de Inglaterra
Ledburry es una ciudad con menos de 10 mil habitantes en Inglaterra. En el pueblo hay una iglesia gótica, a donde los feligreses van desde el siglo XIII. En una de las paredes principales del templo, justo arriba del altar principal, una pintura amarillenta de la Última Cena, casi olvidada, estuvo colgada por más de cien años. Nadie nunca se enteró, hasta recientemente, que se trataba de una pintura de Tiziano.
¿Por qué nadie se dio cuenta de que estaba ahí un Tiziano?

La pintura de Tiziano de la Última Cena en Ledbury mide 3.6 x 1.5 metros. Al entrar, es imposible no verla. Sin embargo, pasó desapercibida por más de un siglo para los historiadores del arte expertos en el maestro renacentista. Muchos de los fieles, además, nunca se fijaron en los detalles de la obra: formaba parte del mobiliario de su templo local, nada más.
Sin embargo, después de un artículo publicado en The Telegraph por la periodista Dalya Alberge, un grupo de expertos se interesó por la obra olvidada. Parece ser que fue pintada sin mayores pretensiones en el estudio de Tiziano, mucho antes de que se convirtiera en un ícono del Renacimiento en el siglo XVI.
Fue el conservador Ronald Moore quien encontró la pintura por casualidad. La iglesia de Ledury le pidió que restaurara una copia decimonónica de la Última Cena de Leonardo da Vinci. Sin embargo, al acercarse a la obra sobre el altar, no pudo dar crédito de sus propios ojos: estaba frente a una pieza de Tiziano.
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Un estudio de autenticidad minucioso

Foto: Ronald Moore y Patricia Kenny
Moore se dedicó a estudiar la obra por cerca de 11 mil horas junto con la investigadora Patricia Kenny. Juntos, encontraron indicios categóricos de que, efectivamente, tenían consigo una obra original del maestro italiano. Además de la firma, se encontró una carta escrita en 1775 por el coleccionista John Skippe, en el que se hace alusión a la misma tras haberla adquirido.
Se sabe que uno de los descendientes de Skippe donó la obra a la iglesia de Ledbury a principios del siglo XX. Moore, sin embargo, no puede evitar mostrar su sorpresa ante el hallazgo:
“Es tan grande y nadie lo ha notado durante 110 años”, dice el experto a The Telegraph. “Todo lo que provenga del taller de Tiziano es realmente muy importante”.
El trabajo de Kenny y Moore fue de tres años y algunos meses de observación y análisis. Después de quitar capas de barniz, se examinó el lienzo bajo luz UV, lo que reveló finalmente la firma original de Tiziano en la esquina inferior izquierda de la obra.
Según los investigadores, es posible que los ayudantes del maestro terminasen la obra en Venecia, tras ser encomendada por un convento veneciano alrededor de 1560. Por esta razón, las cabezas de cada uno de los santos parecen pintadas por manos diferentes.
Según Moore, es posible que ésta sea la última pintura de Tiziano por encontrar, con una riqueza notable de técnicas: “Al haber sido creado a lo largo de 20 años, nos da la oportunidad de examinar las diferentes manos involucradas en el taller”, enfatiza el experto.
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