Los vigiles estaban divididos en siete cohortes de 480 hombres cada una, siguiendo las órdenes de siete tribunos. Estas distintas tropas estaban repartidas de manera estratégica por diferentes zonas de la ciudad.
La antigua y esplendorosa Roma padeció varios incendios en su larga historia. Dos de los más famosos ocurrieron en 64 y 80 d.C, que destruyeron gran parte de la ciudad. Eso creó la necesidad de formar un grupo de expertos que combatieran las llamas cuando éstas amenazaran con su poder destructor. Esta es la historia de los vigiles, el cuerpo de bomberos de la antigua Roma que destacó por su enorme valentía.
Así surgieron los vigiles, los guardianes de Roma
Debido al rápido crecimiento de Roma y el auge de las viviendas comunes donde habitaban diversas familias, los incendios eran peligros recurrentes, sobre todo porque no existían sistemas de seguridad en los hogares romanos.
La historia señala al general y político Marco Licinio Craso, el hombre más rico de Roma, como el responsable de la creación de estos vigiles, una brigada privada de quinientos hombres cuya misión sería acudir a apagar cualquier incendio que amenazara la seguridad de los habitantes de Roma.
Estos vigiles no solo se encargaban de los incendios sino de la seguridad en las calles, como si fueran policías. Sin embargo, también hay quienes aseguran que esto se convirtió en un negocio muy lucrativo (y pco ético), pues Marco Licinio Craso al parecer cobraba a los dueños de los edificios dañados por apagar los incendios.
También se sospecha que sus tropas iniciaban los incendios para actuar en consecuencia y aumentar sus ganancias. Ello causó que quienes no tuvieran suficientes recursos perdieran sus propiedades. Cuando ya sólo quedaban las cenizas, el mismo jefe de brigada compraba el terreno por un precio irrisorio.
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El segundo personaje en sumarse a prestar servicios a la ciudadanía en contra del fuego fue el senador Marco Egnacio Rufo, quien en el siglo I a.C. creó un cuerpo de vigiles formado por esclavos de su propiedad.
Sin embargo, el primer cuerpo de bomberos profesional surgió gracias al emperador Augusto, quien se dio cuenta de la urgencia de tener una tropa especializada después de un devastador incendio ocurrido en 6 d.C. Este cuerpo de bomberos estaba conformado por unos 3 mil miembros con formación militar.
Cómo estaba conformado este cuerpo
Este nuevo grupo de bomberos estaba dividido en siete cohortes de 480 hombres cada una, siguiendo las órdenes de siete tribunos. Estas distintas tropas estaban repartidas de manera estratégica por diferentes zonas de la ciudad.

Los miembros de aquellas cohortes se especializaban en tareas diversas:
- Aquarii se encargaban de manejar las bombas de agua.
- Siphonarii se ocupaban de empapar mantas con vinagre para ahogar las llamas.
- Centones iluminaban la zona siniestrada con antorchas para facilitar el trabajo de sus compañeros.
Todos ellos usaban herramientas y objetos para llevar a cabo sus labores como escaleras (scalae), cubos hechos de soga trenzada (amae), garfios (porticae), hachas (dolobrae), esteras (formionae), escobas (securae) y esponjas (spongiae). Asimismo usaban instrumentos más pesados como la siphona y la ballesta para destruir edificios con el fin de crear cortafuegos
Estas brigadas patrullaban por los barrios de la ciudad en busca de señales o posibles peligros de incendio, así como persiguiendo a los incendiarios que pudiera haber en Roma.

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Este cuerpo de bomberos trabajaba bajo un lema que rezaba: Ubi dolor ibi vigiles (“Allí donde hay dolor están los vigilantes”), el cual podía leerse en cada uno de los cuarteles de los vigiles que se encontraban en la ciudad.
Fue gracias al emperador Septimio Severo que se aceptó la iniciativa de que algunos de los miembros de los vigiles fueran eximidos de pagar impuestos como reconocimiento a los servicios prestados a la sociedad.
En el presente, los bomberos italianos, los Vigili del fuoco, retoman el nombre de aquellas tropas gloriosas romanas que combatieron los incendios de una de las principales ciudades de la antigüedad.
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