¿Hay algo que te provoque miedo exagerado sin alguna razón aparente? ¿Cosas tan comunes como estar frente a un árbol, salir de casa o las arañas? Puede tratarse de un simple momento de miedo, un episodio aislado de ansiedad o una fobia. Y a todo esto, ¿qué es una fobia? Por Ariadna Rábago (Ary Snyder)
Es un tipo de trastorno de ansiedad que se refleja como un miedo superexagerado, angustioso, persistente, irracional o incontrolable a ciertos animales, actividades, cosas, personas, actitudes o situaciones. ¿Lo has sentido?
Quien padece una fobia por lo general está consciente de que la tiene y hace hasta lo imposible para no encontrarse con aquello a lo que le tiene fobia (por ejemplo, unas escaleras); pero si se encuentra ante eso, le provoca reacciones que van desde un malestar profundo (sudoración, palpitaciones, boca seca, escalofrío, diarrea) hasta un ataque de ansiedad, uno de pánico, problemas para respirar, sensación de opresión, o pérdida de la conciencia. Así que, como ves, es cosa seria.
El mecanismo para que una persona desarrolle una fobia es complejo, y puede involucrar:
- Experiencia personal: Por ejemplo, alguien a quien le mordió una araña y tuvo una reacción alérgica puede desarrollar fobia a las arañas.
- Comportamientos aprendidos: Niños con papás que le tienen miedo a las arañas también pueden desarrollar una fobia hacia ellas.
- Que el cerebro detecte e interprete incorrectamente: tanto estímulos como emociones (reacciones extremas).
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Las fobias más comunes:
No es que sean comunes y corrientes, es que son las que más padecen quienes tienen alguna fobia:
- Claustrofobia: En latín, “claustrum” significa “lugar cerrado”, así que se trata de una fobia a los espacios cerrados, como un clóset, un elevador, un autobús, un baño y otros.
- Agorafobia: En la antigua Grecia, se llamaba “ágoras” a las plazas públicas (piensa en la plaza principal de tu comunidad). Es el caso opuesto de la claustrofobia: es una fobia a los espacios abiertos, sobre todo si son concurridos, por ejemplo, los cines, restaurantes, centros comerciales y hasta playas, bosques y otros. En casos extremos, quien la padece evita a toda costa salir de casa.
- Aracnofobia: Seguramente ya dedujiste que se trata de la fobia a las arañas. Es el animal hacia el que más personas sienten fobia a pesar de que hay otros animales que son bastante más peligrosos para nosotros. Es una de las fobias más estudiadas.
- Glosofobia: Así se llama a la fobia a hablar en público. Digamos que a casi todos nos provoca cierta ansiedad (a menos que seas actor o político); pero como fobia, causa que quien va a hablar frente a otros sude excesivamente, sienta que se ahoga, no pueda moverse ni enlazar dos ideas.
- Acrofobia: “Acro” en griego significa “lo más elevado”, así que hablamos de la fobia a las alturas. Sentir la necesidad de alejarse de la orilla de un precipicio o de una azotea alta es normal –si te caes quedas como estampilla en el suelo–, pero quienes padecen acrofobia sienten un temor exagerado incluso cuando se asoman por una ventana, se suben a un elevador o hasta en las escaleras.

Miedo… extraño:
Aquí te van 10 fobias que suenan raras pero, aunque no lo creas, existen:
- Ciroptofobia: Fobia a los murciélagos (¡ni modo, Batman!).
- Eritrofobia: Fobia a sonrojarse.
- Patofobia: No, no es fobia a los patos sino a los patógenos que provocan enfermedades.
- Tripanofobia o aicmofobia: Fobia a las inyecciones, agujas y objetos punzocortantes. Como puedes ver no eres el único compañero.
- Omfalofobia: Fobia a los ombligos.
- Triskaidekafobia: Fobia al número 13 (por considerarlo de mala suerte).
- Ataxofobia: Es una fobia que quizá tus papás quisieran que tuvieras: es la fobia al desorden.
- Gefirofobia: Fobia a los puentes (verlos o cruzarlos).
- Gerontofobia: Fobia a los viejitos.
- Genufobia: Fobia a las rodillas.
Como podrás ver hay muchos miedos que a veces parecen imposibles, pero sea como sea, comunes o rarísimos, pueden ser erradicados.
Es tratable
Las personas que padecen una fobia (o varias) suelen estar conscientes de que su miedo es irracional pero no pueden controlar su reacción. Si alguien de tu familia padece una fobia que lo afecte mucho o incapacite (por ejemplo, que tocar el agua o salir de casa le provoque una ansiedad terrible), sugiérele que visite a un médico especialista para que la supere, porque existen varios tratamientos para tratarlas y la mayoría son curables.