Recientemente paleontólogos argentinos descubrieron los restos de una dinosauria gigante que medía entre ocho y diez metros de longitud y que se cree vivió hace 250 millones de años.
Por el momento se ha denominado como hembra, por eso le pusieron el nombre de Ingentia prima, que en latín significa primera inmensa.
Los científicos argentinos hallaron poco más del 30% de los restos fósiles de la dinosauria: el cuello casi completo, una de las extremidades delanteras y varias vértebras de la cola.

Se cree que la dinosauria vivía en un lugar como la sabana africana, no muy húmeda pero con bastante vegetación, donde cada vez era más complicado encontrar agua y plantas frescas.
Primer registro de un dinosaurio gigante
A los investigadores les asombró mucho encontrar en el periodo conocido como Triásico una dinosauria así de grande, creen que hallaron los primeros pasos hacia el gigantismo.
Los científicos de la Universidad Nacional de San Juan aseguran que el gigantismo no fue de un día para otro y que se necesitaron millones de años para llevar a que dinosaurios pequeños pequeños y bípedos, de no más de 7 u 8 kilogramos, se convirtieran en colosos como el titanosaurio Patagotitan mayorum o el Argentinosaurus.

El gigantismo se dio más o menos así, a lo largo de millones de años: les creció el esqueleto, se les alargó el cuello, se les achicó la cabeza, sus extremidades se volvieron como columnas y perdieron las falanges de los brazos.
Sin embargo, según esta investigación, los dinosaurios llegaron a tamaños gigantescos 30 millones de años antes de lo que se pensaba.
Ventajas de ser gigante
De acuerdo con los investigadores argentinos, ser gigante no era un capricho sino más bien una ventaja evolutiva. ¡Así los dinosaurios evitaban ser víctimas de depredadores!
Aún falta conocer cómo murió Ingentia, cuál era su comportamiento o su edad exacta y… si en verdad era hembra.

Fuente: sinc