Parece increíble que Grumpy Cat, una gata, que se veía siempre de malas, gruñona, cascarrabias y harta de todo, haya sido tan querida en todo el mundo que cuando murió, el 14 de mayo pasado, las redes sociales se llenaron de tristeza por la noticia. Por Ariadna Rábago (Ary Snyder)
¿Por qué estaba enojado?
En realidad no lo estaba (según Tabatha Bundesen, su dueña). Era una gatita juguetona y feliz de raza mixta tan normal como cualquier gato. Bueno, tal vez no tanto: nació con enanismo felino y eso provocó que fuera de tamaño pequeño, tuviera cola corta y ese gesto tan peculiar en la cara, como si estuviera de muy mal humor. Pero fue precisamente ese gesto el que la lanzó a la fama.
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Nace una estrella
Tardar Sauce, que era su nombre verdadero, nació en abril de 2012. En septiembre de ese mismo año el hermano de su dueña subió una foto de ella a la red social Reddit, alguien hizo un meme con la foto y en poquito tiempo se volvió viral.
Un video en YouTube mostró que de verdad tenía esa cara y los internautas respondieron haciendo más memes cínicos, amargados y enojones con su foto.
Y en ese momento, aunque nadie lo imaginaba, nació una de las mayores celebridades felinas de las redes sociales: Grumpy Cat (su nombre artístico).
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Celebridad Felina
Al principio Grumpy Cat (Gato gruñón) sólo tenía videos caseros y memes –y la mayoría los hacía la gente usando una foto suya–, así que, ¿qué tan célebre podía ser?
Bueno, pues tanto que su dueña renunció a su empleo para manejar la agenda… ¡de su gatita! Contrató a un mánager y a su hermano como administrador del sitio web y redes sociales de Grumpy Cat.
Hasta finales de febrero de 2019 tenía 2.4 millones de seguidores en Instagram, 1.5 millones en Twitter y 8.3 millones en Facebook.
La fama paga
La celebridad de Grumpy Cat era tal que los programas más populares de Estados Unidos la invitaron para “entrevistarla”, y pronto Grumpy Cat comenzó a aparecer en comerciales, series de tele, un documental, su propia película, entregas de premios y encuentros de lucha libre. También escribió un libro (bueno, suponemos que un humano lo hizo por ella).
Quienes contrataban sus servicios para promover productos (como comida para gatos) le pagaban vuelos en primera clase, hoteles de lujo, asistentes personales, choferes y limosinas. En su sitio web oficial se venden más de mil productos con su imagen (su dueña la licenció para que otros fabricaran cosas –pagándole, claro–).
Por eso hay tazas, playeras, calcetines, videojuegos, calcomanías, libros para colorear, cubiertas y juegos para celular, cómics, calendarios, peluches, llaveros y un montón de artículos más.
Gracias a todo eso, cuando murió, teniendo apenas siete años de vida, su fortuna se calculaba en por lo menos 100 millones de dólares (2,000 millones de pesos), ¿te imaginas? Y todo por un meme…
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