Bonito pero letal
Se trata de un pequeño pulpo que con los tentáculos abiertos apenas llega a medir 20 cm: hablamos del pulpo de anillos azules, cuyo veneno es capaz de matar a un ser humano. Para liberar esta neurotoxina, cuyo principal componente es la tetrodotoxina, el pulpo muerde con su pico e inocula el veneno a través de la saliva.
Normalmente su piel es color arena, pero cuando se siente amenazado, se asusta y se prepara para atacar, entonces aparecen sus característicos anillos azules.
El pulpo de anillos azules se alimenta de pequeños cangrejos ermitaños, invertebrados e incluso ataca a peces heridos y débiles mucho más grandes que él. Se alimenta durante todo el día pero es por la noche cuando se vuelve, como la mayoría de pulpos, más activo.
Foto: Richard Zerpe