¿Qué pasaría si el apocalipsis no está conformado por máquinas que adquieren vida propia y se tornan contra los humanos, sino por animales que aprenden a controlar las máquinas humanas?
¿Qué pasaría si el apocalipsis no está conformado por máquinas que adquieren vida propia y se tornan contra los humanos, sino por animales que aprenden a controlar las máquinas humanas?
Actualmente, hay múltiples casos de animales que han aprendido a manipular máquinas humanas, o bien, animales que han pasado a formar parte de las máquina mismas (como tétricos cyborgs). Aquí algunos ejemplos:
Animales Piloto: La polilla, el perico y la cucaracha
Investigadores de la Universidad de Tokio elaboraron un vehículo cuyo comando era una gigante pelota blanca. Al colocar feromonas de polilla en la cercanía de la pelota y colocar una polilla macho encima de la misma, ésta controló el vehículo a la perfección. El objetivo del estudio era analizar el comportamiento de búsqueda de la polilla a la vez que analizaban la posibilidad de crear robots que pudiesen seguir olores químicos.
Por otro lado, Pepper es un perico que no necesita licencia para manejar. Su dueño lo enseño a utilizar un ingenioso vehículo con su pico, controlando la dirección para que se transporte a donde desee.
Finalmente, Garnet Hertz, de UC Irvine, California, creó una máquina que traduce los movimientos sobre una pelota de una cucaracha gigante de Madagascar en movimiento.
El Mono Telepático y el Auto-rata
En otra línea de investigación, el neurocientífico Miguel Nicolelis, de la Universidad de Duke, en Durham, está entrenando monos para que controlen un brazo robótico?con su mente. Los monos pueden controlar desde un cursor hasta un exoesqueleto robótico sin tocarlos. Esto es posible gracias a una serie de electrodos implantados en las cortezas motora y sensorial de los monos. El objetivo es utilizar esta tecnología para ayudar a personas con parálisis a recuperar su movilidad.
Otra tecnología desarrollada para ayudar a las personas con parálisis un poco más macabra es el Auto-rata. Este experimento, desarrollado en la Universidad de Tokio, generó una especie de híbrido que conecta a una rata con un robot móvil por medio de su sistema nervioso, así la rata puede controlar directamente al robot como lo haría a sus propias patas.
Ahora, si bien estas tecnologías representan importantes avances científicos, es cierto que han generado debates éticos en torno al trato que se les da a los animales sujetos a los experimentos, haciendo controversial su implantación.