Un cáncer contagioso podría ser el fin del demonio de Tasmania. En 2010, el 80% de los animales estaban infectados, cifra que va en aumento
Al pensar en el demonio de Tasmania, viene a la mente la famosa caricatura. En realidad, tiene el tamaño de un perro chico, una constitución robusta, pelaje negro, un agudo sentido del olfato y, eso sí, una gran ferocidad al alimentarse. Los demonios de Tasmania son los marsupiales carnívoros más grandes del mundo, tras la extinción en 1936 del tigre de Tasmania (Thylacinus cynocephalus), y pronto podrían desaparecer.
De acuerdo al ecologista Andrew Storfer, de la Universidad Estatal de Washington, si no se encuentra la manera de detener el terrible cáncer facial del demonio de Tasmania (DFTD, por sus siglas en inglés), los modelos predicen que podrían extinguirse en tan sólo 10 años. De acuerdo con Storfer, al desaparecer llevarán consigo valiosa información acerca de las enfermedades en otras especies, incluyendo la humana.
La Enfermedad del Tumor Facial del Demonio (DFTD), es un cáncer agresivo, contagioso y letal. Se propaga cuando los animales se muerden unos a otros, ya sea en peleas sobre comida o en riñas durante la temporada de apareamiento. El primer caso se reportó en 1996, desde entonces la población de demonios ha decaído en un 70%. En 2010, se encontró que cerca del 80% de los especimenes restantes estaban infectados. Actualmente, podrían estar todos enfermos.
A pesar de la obscura situación, hay un rayo de esperanza para el demonio de Tasmania. Los animales han cambiado sus hábitos reproductivos para elevar la cantidad de crías nacidas. Previamente, las hembras comenzaban a aparearse a los 2 años de edad, ahora lo hacen al cumplir el año, muchas de ellas mueren poco después. Algunos animales han desarrollado una inmunidad parcial a la enfermedad y se están haciendo esfuerzos por criar a los demonios en cautiverio, para así preservar la especie.