Si la Antártida continúa derritiéndose, un aumento del nivel del mar de 2 metros bastará para hundir cientos de ciudades en el mar.
El reloj del cambio climático alcanza sus horas más cruciales y la Antártida será uno de los primeros sitios en desaparecer. Ante el escepticismo de gobiernos de distintos países encabezado por los Estados Unidos, lobbys industriales que prefieren creer que se trata de un mito e industrias que buscan las ganancias a corto plazo sin reparar en la catástrofe ambiental que se avecina, la evidencia científica es cada vez más alarmante.
Un estudio publicado en Nature el 23 de septiembre de 2020 aportó nuevos datos sobre el estado actual de la Antártida, el continente del Polo Sur más grande que Europa, que alberga más del 90 % de hielo del mundo y más de la mitad del agua dulce del mundo:

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Si la tendencia del aumento de la temperatura global se mantiene, la Antártida alcanzará un punto de no retorno en el que perderá todo el hielo que posee, provocando un aumento dramático del nivel del mar, que cambiará la vida tal y como la conocemos en la Tierra, un desastre cuyos efectos aún no conocemos.
“Si el nivel de temperatura media global se mantiene el tiempo suficiente a 4 grados por encima de los niveles preindustriales, la Antártida se derrite por sí sola y eventualmente podría elevar el nivel del mar en más de seis metros”, explican los autores en un comunicado.
Basta que la temperatura global se eleve 2 grados celsius (el límite definido en los Acuerdos de París) para que el nivel del mar aumente en 2.5 metros, suficiente para reducir la línea costera de todo el mundo y hundir un sinfín de ciudades costeras en el océano.

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El estudio liderado por el Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y la Universidad de Columbia definió que una vez alcanzado el punto de no retorno, ningún esfuerzo para reducir la temperatura (incluso en caso de reducirla efectivamente) lograría revertir el deshielo antártico:
“Al final, el uso de carbón y petróleo es lo que determina las emisiones actuales y futuras de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, si se cruzan los umbrales críticos de temperatura en la Antártida y cuándo (…) así que el destino de la Antártida está realmente en nuestras manos, y con él el de ciudades y sitios culturales en todo el mundo, desde Copacabana en Río de Janeiro hasta la Ópera de Sydney”.
El deshielo de la Antártida significaría un golpe irreversible para el planeta y uno de los efectos más graves del calentamiento global. El tiempo para actuar antes de una catástrofe ecológica es cada vez más corto y la evidencia científica es una alerta permanente que no debe ser ignorada por gobiernos, industrias y quienes toman las decisiones más importantes para el futuro de la humanidad.
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