Desde 1930, la araña avispa ha ido conquistado territorio a lo largo de Europa
Desde 1930, la araña avispa ha ido conquistado territorio a lo largo de Europa. Actualmente, se encuentra desde la costa Mediterránea hasta Noruega. Un grupo de científicos alemanes ha resuelto el misterio, el auge en la población arácnida se debe a su increíble tolerancia a la temperatura, producto del apareamiento entre dos especies.
El investigador Henrick Krehenwinkel, del Instituto Max Planck para la biología evolutiva, analizó el ADN de varios especimenes a través de Europa y encontró que su mezcla genética resultaba del apareamiento entre las arañas europeas nativas y aquellas provenientes de una colonia aislada cerca del Mar Negro. Como consecuencia, las futuras generaciones se adaptaron a climas fríos.
Las arañas avispa o tigre (Argiope bruennichi) se caracterizan por las coloridas rayas amarillas y negras en su abdomen. Pueden cubrir distancias de cientos de kilómetros gracias a su habilidad de tejer “paracaídas” de telaraña y viajar con las corrientes de aire.
Krehenwinkel encontró que las arañas se dispersaron después de la última era glaciar. Parte de la población permaneció en el Mediterráneo mientras que la otra mitas alcanzó Asia Central. Unas se adaptaron al clima tropical del sur de Japón, otras al cima mediterráneo y otras al frío siberiano. Con el paso del tiempo, volvieron a aparearse lo que las equipo genéticamente a sobrevivir prácticamente en cualquier temperatura.
Para ponerlo a prueba, analizaron su reacción en diversos ambientes. Si bien la primera generación sufría los estragos del cambio, rápidamente se adaptaban dando luz a crías más resistentes. Las arañas que habitan las zonas más frías, entierran sus crías durante el invierno, emergiendo en la primavera.
Debido a su agilidad evolutiva y capacidad de recorrer grandes distancias, es probable que la araña avispa siga ganando territorio, expandiéndose alrededor del mundo.

