Un nuevo biopesticida elaborado a partir de veneno de araña es seguro para las abejas
Cerca del 90% de las plantas del mundo dependen directa o indirectamente de los polinizadores para sobrevivir. Al trasladar el polen de las plantas y fecundarlas, las abejas juegan un papel fundamental en la agricultura. Los pesticidas actuales están acabando las abejas alrededor del mundo, amenazando nuestra habilidad de producir alimento para una población en rápido crecimiento.
Una posible solución a este grave problema ha llegado en la forma de un nuevo biopesticida elaborado a partir de veneno de araña por investigadores de la Universidad de Newcastle, en Rieno Unido. A pesar de ser mortal para la mayoría de las pestes, no daña a las abejas.
El equipo liderado por el Erich Nakasu consiguió el efectivo biopesticida mezclando una toxina natural presente en el veneno de la araña de Sidney (Atrax robustus), una de las más peligrosas del planeta, y lectina de campanilla de invierno (Galanthus nivalis).
Durante el estudio, abejas fueron expuestas a diferentes concentraciones del biopesticida durante una semana. Las dosis que ingirieron fueron mucho mayores y más concentradas que las que podrían encontrar en el campo, aún así, no fueron dañadas. Diferentes pruebas cognitivas realizadas durante la investigación demostraron que el aprendizaje y la memoria de las abejas, esenciales para su supervivencia y producción de miel, permanecieron intactas. (Descubre por qué han producido miel azul en Francia).
Parte del éxito del biopesticida se debe a que, a diferencia de la mayoría actualmente en el mercado, no se absorbe por el exoesqueleto sino que debe ser intencionalmente ingerido por los insectos. El nuevo producto es una alternativa segura y ecológica a los novicos pesticidas químicos que se emplean comunmente.
El estudio, publicado en Proceedings of the Royal Society B, forma parte de la Iniciativa de Insectos Polinizadores financiada por el Consejo de Investigación de Biotecnología y Ciencias Biológicas, Defra, el Consejo de Investigación del Ambiente Natural (NERC), el Gobierno de Escocia y la organización Wellcome Trust, en Reino Unido.

