Utilizamos agua para generar electricidad que a su vez provoca gases de efectos invernadero
La mayor parte de la producción de electricidad requiere de grandes cantidades de agua fría.
En muchos países industrializados se quema el carbón o gas natural, lo que produce cantidades masivas de gases de efectos invernadero, causando el cambio climático.
En las plantas nucleares, por ejemplo, el calor que se necesita para el proceso de fisión de uranio hace hervir agua que se vapora y acciona una turbina giratoria.
Estas turbinas producen más del 90 por ciento de nuestra electricidad.
Después, torres masivas de enfriamiento ayudan a refrescar le propia planta utilizando agua de río, entre otros métodos.
La razón es que el agua caudal era lo suficientemente fría para obtener un enfriamiento efectivo, hasta que plantas de algunos países tuvieron que decrecer la producción de energía debido a que la temperatura del agua era muy alta para el enfriamiento.
De acuerdo a un análisis en el suplemento de Nature, Nature Climate Change, este problema empeorará: para 2040, la electricidad disponible podría bajar en un 16 por ciento en el verano? donde se registra mayor consumo de electricidad en el hemisferio norte.
Así, la ironía se hace presente: para producir electricidad, consumimos el insumo que utilizamos para generarla.

