El cambio en las oscilaciones del ártico y del atlántico norte es lo que provoca un desequilibrio en los climas de los hemisferios
El verano meteorológico ha empezado en el hemisferio norte, pero lo que está pasando en estos momentos en la región ártica podría afectar dramáticamente el clima invernal que caracteriza a diciembre.
El pasado invierno fue el más cálido en la historia del hemisferio norte, mientras que en Europa hubo un clima frío extremo con pilas de nieve en el suelo y en techos de casas.
Lo curioso es que el invierno anterior, según datos de la Oficina Meteorológica de Estados Unidos, fue el invierno que mas frío azotó a Norteamérica.
¿Qué es lo que pasará este año?
Un nuevo análisis publicado en la revista Oceanography por los científicos atmosféricos Charles Greene y Bruce Monger, de la Universidad Cornell, trazó la severidad del invierno hasta el derretimiento del hielo marino del Ártico en el verano.
Un incremento en el derretimiento de la capa de hielo en el Ártico está causando cambios fundamentales en la corriente de aire principal, que es la diferencia de presión primaria en la atmósfera que afecta el clima invernal en latitudes medias, en el hemisferio norte.
Esto significa que el invierno volátil que ha sucedido últimamente podría ser la media climática de ahora en adelante.
¿Por qué?
El hielo marino refleja la luz solar. Pero mientras más se derrita, más agua marina está expuesta.
Así, el agua, más oscura que el hielo, absorbe más del calor solar para calentarse, lo que a su vez termina por derretir más hielo, teniendo un ciclo de realimentación.
En el otoño, el océano libera el exceso de calor hacia la atmósfera. Eso decrece la diferencia en la temperatura entre el Ártico y las latitudes medias, lo que a su vez disminuye la diferencia entre los campos de presión de aire en dichas regiones.
Al campo de presión de 70 grados en latitud norte, arriba del polo norte, se llama Oscilación Ártica. La presión en los 70 grados debajo de los trópicos se llama Oscilación del Atlántico Norte.
Restando la diferencia entre las dos oscilaciones, según Greene, altera el cómo la corriente de aire principal se comporta en el invierno: si azota con un invierno extremo desde el Ártico o permitiendo que el calor tropical flote más al norte de lo usual.
El nuevo comportamiento, dijo Greene a Scientific American, puede explicar el frió histórico en Europa y el calor récord del invierno en Norteamérica, y el llamado Snowmageddon (armáguedon de nieve) que sepultó a Washington, D.C., en 2010, que es lo que parece sucederá este invierno.

