La cetrería es utilizada para ahuyentar la fauna silvestre que pone en riesgo la seguridad de personas
Aguilillas Harris, halcones peregrinos y azores son aves que en las ciudades son empledas para ahuyentar de instalaciones estratégicas, donde hay tránsito de personas, a la fauna silvestre local y migratoria.
Los aeropuertos cuentan con escuadrones de estas aves en el área de pistas y zona perimetral, como el Internacional de la Ciudad de México, que es despejado de especies migratorias, como son las garzas, para evitar poner en riesgo las operaciones aéreas. Las aves (zanates, palomas o gorriones) pueden chocar con los aviones o ser ‘tragadas’ por las turbinas, con la alta probabilidad de un accidente.
El Metro, sistema público que a diario transporta a 6 millones de personas, también cuenta con un equipo de aves para garantizar la seguridad de sus instalaciones y de los pasajeros. Aguilillas Harris espantan a las palomas que, con sus excrementos, corroen cables, rieles, aparatos eléctricos y vagones, o al ingresar en el equipo de alta tensión provocan cortocircuitos que afectan el servicio.
La cetrería (las aves rapaces están adiestradas sólo para ahuyentar, no para comerse a los plumíferos a fin de evitar que se contagien de parásitos) evita el uso de venenos, armas de fuego y trampas masivas en áreas donde no se pueden colocar barreras físicas. Las operaciones se realizan en diferentes horarios para evitar que las aves invasoras, con sus reloj biológico, se anticipen a los sobrevuelos.
El milenario arte de la cetrería está considerado en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, de la UNESCO