Frente a los cambios en el Ártico provocados por el calentamiento global, los osos polares se ven obligados a buscar fuentes de alimentación alternas
Científicos del Museo Americano de Historia Natural en Nueva York traen noticias esperanzadoras con respecto a la situación crítica del oso polar. Frente al extremo cambio climático, los osos polares han recurrido a fuentes de alimentación alternas. El superpredador del Ártico podría ser más resistente de lo que previamente se creía.
Cada año, el hielo en el Ártico se derrite más temprano y se congela más tarde, acortando el periodo de caza del oso polar. Ha tenido que abandonar a su presa favorita, las crías de las focas, y pasar más tiempo en la tierra. Algunos osos de la Bahía de Hudson han cambiado sus hábitos alimenticios; recurriendo a una dieta mixta de plantas y animales conforme se intentan adaptar a un entorno rápidamente cambiante.
El oso polar (Ursus maritimus) es considerado una especie “vulnerable” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales. Los investigadores Robert Rockwell y Linda Gormezano, estudiaron cómo los animales compensaban la falta de oportunidades de caza. Durante la primavera del 2013, grabaron por primera vez a osos polares atrapando y comiendo a jóvenes gansos de nieve (Anser caerulescens).
En verano del 2013, analizaron el excremento de los osos polares y encontraron que su dieta había cambiado radicalmente de la que mantenían hace 40 años, antes de que los efectos del calentamiento global afectaran la Bahía de Hudson. Actualmente, los animales comen más caribúes así como gansos de nieve y sus huevos. Sorprendentemente, también encontraron restos de plantas.
Los científicos creen que la flexibilidad en el comportamiento de los osos polares proviene de la herencia genética compartida con los osos marrones, de quienes se separaron hace unos 600 mil años. Quizás logren adaptarse y sobrevivir a los cambios radicales por los que atraviesa su medio ambiente.

