Paleontólogos creen que habría medido nueve metros y era pariente del Tiranosaurio rex
Hace más de cien millones de años, en el noreste de la actual China, vivió una especie hasta ahora desconocida de tiranosaurio de nueve metros de largo y 1,400 kilos de peso. Los paleontólogos lo han denominado Yutyrannus huali, pero su característica más asombrosa es que se trata del dinosaurio con plumas más grande encontrado.
En esa región, desde hace más de una década, se han hallado fósiles muy bien conservados de algunos pequeños dinosaurios que lucían plumas como las aves, De acuerdo con la investigación que publica Nature, expertos chinos y canadienses descubrieron los restos casi completos de tres ejemplares, de dos edades distintas, adultos y jóvenes, en un yacimiento del Cretácico situado en la provincia de Liaoning.
“Las plumas del Yutyrannus eran simples filamentos, más parecidos a la pelusa de un pollito que a las plumas rígidas de un ave adulta”, explica Xing Xu, autor principal de estudio y profesor del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de Pekín.
Este dinosaurio habría sido más pequeño que su famoso pariente Tiranosaurio rex, pero unas 40 veces más pesado que el dinosaurio con plumas más grande hasta entonces conocido, el Beipiaosaurus. El tamaño de Yutyrannus y la estructura suave de las plumas le habrían impedido volar, sin embargo las plumas pudieron haber tenido otra función: la conservación del calor del cuerpo durante el Cretácico inferior, cuando las temperaturas eran un poco más frías.
El Tiranosaurio rex y sus parientes más cercanos vivieron en las condiciones cálidas del Cretácico Tardío. Aunque restos de la piel preservada de estos animales muestran que tuvieron escamas, la posibilidad de que incluso ellos contaran con plumas en alguna parte de su cuerpo no puede ser descartada. “Es posible que las plumas fueran mucho más generalizadas, al menos entre los dinosaurios carnívoros, de lo que la mayoría de los científicos habría imaginado incluso hace unos pocos años”, comenta el profesor Xu. El hallazgo abre nuevas perspectivas en cuanto a la evolución de las plumas. Imagen: Brian Choo

