Las tormentas de lluvia, el calor extremo y la falta de alimento han causado la muerte de un gran número de crías
El cambio climático ha afectado enormemente a los polluelos del pingüino de Magallanes. Las tormentas de lluvia, el calor extremo y la falta de alimento han causado la muerte de un gran número de crías, lo que se verá reflejado en la disminución de la población de estas aves.
Un nuevo estudio por parte de la Universidad de Washington, liderado por el Dr. Dee Boersma, analizó la información climática de Punta Tombo, Argentina, la zona de reproducción más importante de estos animales, durante 27 años. Sus desconcertantes resultados han sido publicados en la revista PLOS ONE.
Cada año, entre los meses de septiembre y febrero, 200 mil pares de pingüinos de Magallanes o patagónicos (Spheniscus magellanicus) acuden a la península de Punta Tombo para reproducirse. La mayoría de los pingüinos se cían en zonas áridas, libres de precipitación, ya que las plumas de los polluelos no son resistentes al agua. Cuando llueve durante los meses de noviembre y diciembre, las crías menores a los 23 días de edad no pueden secarse y mueren de frío.
A diferencia de los adultos, los polluelos con su débil plumaje no pueden refrescarse en el mar durante las oleadas de calor y muchos de ellos mueren. En promedio, un 65% de las crías mueren cada año. Entre 1983 y 2010, incrementó el número de tormentas durante las primeras semanas de diciembre, cuando las crías se encuentran en su estado más vulnerable. Si las predicciones meteorológicas son ciertas, las tormentas se harán cada vez más frecuentes y los polluelos serán cada vez más escasos.