La Corte Internacional de Justicia ha ordenado a Tokio retirar los permisos de caza de ballena en la Antártida, pues no cumple el fin científico que había prometido
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de las Naciones Unidas ordenó hoy a Japón poner un alto a la caza de ballenas, ya que la práctica no cumple un fin científico, como había argumentado previamente la nación, sino uno meramente comercial.
Australia presentó el caso ante la Corte Internacional de Justicia en mayo del 2010, exponiendo el verdadero objetivo del controversial programa nipón de caza de ballenas en la Antártida. Desde que comenzó en 2005, se han matado cerca de 3 mil 600 ballenas Minke, sin embargo, las ventajas científicas permanecen cuestionables.
En 1986, Japón suspendió la caza de ballenas debido a una moratoria de la Comisión Ballenera Internacional, pero posteriormente obtuvo permiso para retomarla bajo fines científicos. El programa debía cumplir el propósito de comprender las poblaciones de estos cetáceos así como de lograr un control permanente de su ecosistema. Sin embargo, a pesar de estar adentrado en su segunda fase, solo ha producido dos estudios científicos validados por pares, los cuales se basaron en siete ballenas capturadas en su fase inicial.
Ballena Minke es el nombre por el que son conocidas dos especies de rorcuales; el Minke Común (Balaenoptera acutorostrata) y el Minke antártico (Balaenoptera bongerensis). Son las especies de rorcuales más pequeñas, midiendo aproximadamente 7 metros de longitud. Actualmente, se encuentran catalogados bajo “Preocupación menor” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
La decisión de la CIJ le prohíbe a Japón emitir licencias y permisos de caza de ballenas en la Antártida y le obliga a retirar los ya existentes. Si bien el país aceptó el fallo, se ha sugerido que podría retirarse de la Comisión Ballenera Internacional.