Organismos unicelulares de más de 10 cm y medusas viven en la total oscuridad y condiciones extremas
Durante un viaje en julio pasado a la fosa de las Marianas, la región más profunda del planeta, en el océano Pacífico, científicos del Instituto de Oceanografía Scripps e ingenieros de National Geographic hicieron descender cámaras robotizadas equipadas con video digital y luces a más de 10 kilómetros bajo las aguas (la máxima profundidad de las Marianas es de 11,034 metros).
En esta región casi inexplorada, de total oscuridad, muy bajas temperaturas y elevada presión, el equipo documentó, además de misteriosas medusas, la existencia de Xenophyophorea, una clase de animales unicelulares, parecidos a las amebas y que sólo viven a grandes profundidades. Son muy abundantes en los fondos marinos, pero nunca se les había encontrado a más de 7,000 metros de profundidad. Las que los investigadores lograron filmar estaban a 10,641 metros.
Las Xenophyophorea son las células individuales más grandes que existen; algunas rebasan los 10 centímetros y pueden dar cobijo a un gran número de criaturas pluricelulares. Es difícil traerlas a la superficie sin que se dañen y queden inutilizadas para su estudio, por lo que se sabe poco de ellas; sin embargo, científicos que han analizado partículas del fondo marino han encontrado que estas criaturas son capaces de concentrar en su organismo altos niveles de plomo, uranio, mercurio y metales pesados.
Encontrar a estas células gigantes en tales profundidades abre un nuevo ecosistema para el estudio de la biodiversidad, el potencial biotecnológico y la adaptación a los ambientes extremos, de lo que poco se sabe.