Nueva investigación demuestra que los celos están presentes en otras especies
¿Son los celos exclusivamente humanos o una expresión básica presente en otras especies? Esta interrogante ha intrigado a los científicos durante años. Darwin aseguraba que los celos estaban presentes en los animales sociales para proteger los vínculos establecidos de los intrusos. Sin embargo, muchos pensaban que era una respuesta emocional derivada de la cultura y que requería de una cognición compleja.
Investigadores de la Universidad de California, San Diego, finalmente han puesto fin al debate al comprobar que los perros también sienten celos. El estudio, liderado por la psicóloga Christine Harris, es el primero en experimentar con el comportamiento celoso de los canes.
Basándose en una prueba para infantes, grabaron a 38 mascotas de distintas razas en diferentes escenarios en donde eran ignoradas por sus amos, ya sea a favor de un perro de peluche, una linterna o un libro. Se le instruyó a los dueños tratar a los tres objetos como tratarían a su perro; acariciándoles y hablándoles con cariño.
El 78% de los perros se mostraron celosos cuando los dueños interactuaban con el peluche, intentando llamar su atención y ladrándole al “rival”. El 42% se comportó de igual manera con la linterna y únicamente el 25% sintió celos con el libro. Las mascotas no sólo exhibieron comportamientos celosos, sino que buscaron romper la conexión entre el dueño y aquello que les había robado su atención.
La profesora Harris explica que es importante entender los celos ya que tienen consecuencias psicológicas y sociales importantes. En los humanos, se manifiestan a una edad muy temprana y a menudo se asocian con la rivalidad entre hermanos. Los resultados, publicados en el diario PLOS ONE, demuestran que otras especies también presentan celos cada vez que un intruso amenaza con usurpar el afecto de un ser querido.

