Un grupo de científicos descubrió que los primeros australianos comían huevos gigantes provenientes de un ave que se cree era la Genyornis.
Hace más de 47 mil años, los primeros australianos comían huevos gigantes de un ave no voladora de 2 metros de altura. Ahora el debate se centra en saber a qué especie pertenecen los huevos encontrados por un grupo de expertos.
Lo anterior se supo luego de descubrirse quemaduras en las cáscaras de huevos, lo cual sugiere que grupos humanos los cocinaron y consumieron.
Un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences dice que los huevos antiguos procedían de Genyornis. Ésta es un enorme “mihirung” no volador, o “pájaro del trueno”, que se distinguía por sus alas diminutas y patas enormes. Esta especie vagó por la Australia prehistórica, posiblemente en bandadas.

El humano robaba los huevos de los nidos
Genyornis medía más de 2 metros de altura, pesaba entre 220 y 240 kilogramos y ponía huevos de alrededor de 1,5 kg, según los registros fósiles hallados. Se cree que el ave desapareció a causa de la llegada del hombre a territorio australiano.
“No hay evidencia del exterminio de Genyornis en el registro arqueológico. Sin embargo, se han encontrado fragmentos de cáscara de huevo con patrones de quemado únicos consistentes con la actividad humana en diferentes lugares del continente”, dijo el coautor principal, el profesor Gifford Miller de la Universidad de Colorado.

Se cree que la manera en que los seres humanos se hacían con estos huevos era robándolos de sus nidos en lugar de cazar a las aves, por lo que no pudieron haber contribuido a su extinción.
Ahora, un equipo internacional dirigido por científicos de las universidades de Cambridge y Turín ha colocado las secuencias de proteínas de los huevos fósiles en polvo para compararlas con las codificadas en los genomas de las especies de aves vivas.
“Las cáscaras de huevo están hechas de cristales minerales que pueden atrapar herméticamente algunas proteínas, conservando estos datos biológicos en los entornos más duros, potencialmente durante millones de años”,
-Profesor Matthew Collins, investigador del Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge y coautor del estudio principal.

La cáscara de huevo de 50.000 años analizada para el estudio provino del sitio arqueológico de Wood Point en el sur de Australia. Sin embargo, podría haber más en el extremo occidental de la costa de Ningaloo, según Gifford Miller de la Universidad de Colorado.
Otro grupo de científicos argumentó que el ave detrás de estos huevos podría tratarse de Progura o “malleefowl gigante”, debido a la forma y el grosor de la cáscara. Ésta es un ave extinta, mucho más pequeña, que pesa alrededor de 5-7 kg y similar a un pavo grande.
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