El genoma mitocondrial del árbol ha sufrido tan pocas mutaciones, que es un ejemplo viviente de la conformación genética de plantas prehistóricas
El genoma mitocondrial del árbol ha sufrido tan pocas mutaciones, que es un ejemplo viviente de la conformación genética de plantas prehistóricas.
Un equipo de investigadores de las Universidades de Indiana y Arkansas se dio a la tarea de secuenciar el genoma mitocondrial del árbol del tulipán (Liriodendron tulipfera), descubriendo que éste ha permanecido inmodificado por millones de años.
El cambio genético del árbol es aproximadamente dos mil veces más lento que el de los humanos y preserva genes que se han perdido en otras especies durante los últimos 200 millones de años. Esto abre la posibilidad de estudiar la conformación genética y, por ende, la funcionalidad de las plantas existentes en la era de los dinosaurios.

