Los tardígrados son uno de los seres vivos más sorprendentes que existen gracias a su capacidad para sobrevivir en condiciones extremas.
El primer tardígrado fue descubierto en 1773 por el zoólogo alemán Johann August Ephraim Goeze. Se trata de una especie única en el reino animal por su capacidad para resistir condiciones extremas y su tamaño diminuto:
¿Qué es un tardígrado?

Se trata de criaturas marinas microscópicas e invertebradas capaces de resistir a casi cualquier condición. Tienen ocho patas y de cuatro a ocho garras en cada miembro. Su cuerpo mide entre 0.05 y 1.2 milímetros de largo y no más de un milímetro de largo.
¿Dónde viven los tardígrados?
Los tardígrados se agrupan en más de mil 300 especies conocidas y viven principalmente en espacios húmedos pero terrestres, como helechos y hasta pedazos de musgo; sin embargo, también han sido encontrados en cuerpos de agua dulce como lagos y hasta en océanos, desiertos o en las cimas más altas del mundo.
La resistencia de los tardígrados
La principal característica de los tardígrados es que se trata de un organismo extremófilo, es decir, son capaces de vivir en condiciones extremas a las que ningún otro ser vivo podría resistir.
Esta capacidad les ha valido el título de “los animales más resistentes de la Tierra” debido a la criptobiosis, un proceso que les permite reducir al mínimo sus procesos metabólicos casi hasta el grado de suspensión, mientras que sus órganos se protegen con un gel conocido como trehalosa.
Criptobiosis: el proceso del tardígrado para ‘regresar de la muerte’

El agua es indispensable para la vida, pero los tardígrados pueden hacerlo sin ella: cuando están cerca de morir por deshidratación, se enrollan y ponen en marcha la criptobiosis.
Además, su cuerpo crea una gran cantidad de antioxidantes que mantienen a salvo sus órganos vitales. Los tardígrados pueden mantenerse en este estado de ‘hibernación avanzada’ hasta una década sin recibir agua. Una vez que las condiciones mejoran, o vuelven a introducirse al agua, el tardígrado regresa a la vida.
Estos animales (también llamados osos de agua) pueden resistir condiciones climáticas extremas, de menos de 200 ºC y mayores a 300 ºC.
Además, según un estudio publicado en la revista científica Current Biology, pueden sobrevivir hasta diez días en el espacio, incluso mientras se exponen a la radiación.
El tardígrado y la vida en el espacio
Gracias a estas características extraordinarias, los tardígrados han cambiado la forma en que los científicos y biólogos definen las características necesarias para la vida tal y como la conocemos fuera de nuestro planeta.
Su resistencia les ha permitido sobrevivir a cinco extinciones masivas en el transcurso de 500 millones de años.
Es un hecho que a lo largo de distintas misiones espaciales con destino a la Luna, la humanidad ha llevado miles de tardígrados al satélite natural de la Tierra.
El caso más emblemático es el de la fallida misión israelí Beresheet, que intentó aterrizar un módulo en la Luna pero terminó estrellándose contra el suelo lunar.
Esta misión traía consigo miles de tardígrados deshidratados y aunque es probable que aún se mantengan en proceso de criptobiosis, los científicos consideran que forzosamente deben volver a ser introducidos en agua para ‘volver a la vida’ sin sufrir daños mayores.
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