Este fenómeno sólo sucede dos días al año; la luz solar cae de manera vertical y no produce sombras
Aunque puede haber variación de un día según la oscilación solar, por lo general el 16 de mayo y el 27 de julio el paso del Sol es cenital en el valle de México; es decir, se encuentra en lo más alto, por lo que no produce sombras al mediodía, al caer ‘a plomo’; la luz está más concentrada en una superficie y ésta recibe más energía.
Este fenómeno sólo se percibe en el área sur del Trópico de Cáncer y norte del Trópico de Capricornio; fuera de ahí, el Sol nunca llega al cenit.
Pero la fecha difiere según la latitud, debido a la inclinación de la Tierra. Así, en Aguascalientes sucede el 29 de mayo y 15 de julio; Campeche, 17 de mayo y 27 de julio; Guadalajara, 22 de mayo y 13 de julio; Mazatlán, 10 de junio y 3 de julio; Puebla, 15 de mayo y 30 de julio; Veracruz, 16 de mayo y 28 de julio; Zacatecas, 6 de junio y 8 de julio.
Los antiguos pobladores ya conocían este fenómeno y construyeron sitios especiales para realizar observaciones solares. En Xochicalco hay una cueva acondicionada al interior del centro ceremonial, una chimenea exagonal con un hoyo en el techo que ilumina el interior con un haz de luz; en Monte Albán, en el edificio P, se aprecia una cámara oscura que produce el mismo efecto que en Xochicalco; en Teotihuacán, a unos 170 metros de la Pirámide del Sol, también hay una cueva acondicionada para este fin y tiene una estela que sirve como reloj solar.
Edificio P Monte Albán
Xochicalco, Gruta del Sol
Fuente: arqueólogo Ismael Arturo Montero García, maestría en Historia de México por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y doctorado en Antropología Simbólica.