Algunas especies han desarrollado métodos de defensa muy complejos
En la obscuridad permanente de las profundidades marinas, varios organismos han evolucionado para producir luz. Entre ellos, un pequeño tiburón que ilumina sus espinas dorsales, como dos sables, para advertir a posibles predadores de mantener su distancia.
Julien Claes de la Universidad Católica Belga de Louvain y su equipo ha demostrado que el tiburón negrito (Etmopterus spinax) se sirve de su increíble habilidad de brillar para múltiples propósitos. Mientras que su estómago iluminado le sirve de camuflaje, pues se confunde con la luz solar de la superficie, la fluorescencia en sus dos espinas dorsales lo protegen de peligro.
E. spinax habita la zona mesopelágica (a una profundidad de 200 a 1,000 metros bajo la superficie) del Océano Atlántico y el oeste del Mar Mediterráneo. Llega a crecer únicamente 60cm de longitud y logra su brillo gracias a cientos de diminutos fotóforos, órganos que emiten luz.
De acuerdo a los investigadores, las espinas dorsales del tiburón únicamente emiten alrededor del 10% de la luz fosforescente, siendo más translúcidas que las espinas de otras especies. De esta manera, señalan peligro a sus depredadores naturales como las focas, marsopas y otros tiburones, los cuales poseen una vista desarrollada y la capacidad de observar la luz a varios metros de distancia, sin asustar a los peces que le servirán de alimento.

