Curiosamente, la Luna posee un olor muy particular. Quienes han tenido la oportunidad de caminar sobre su superficie concuerdan en su distintivo aroma. (¿A qué huele el centro de nuestra galaxia?)
¿A qué huele al quitarse el casco?
Con seis misiones Apolo de la NASA entre 1969 y 1972, un total de 12 astronautas entraron en contacto con el polvo lunar. Al quitarse el casco dentro de la cabina, todos declararon que el regolito (como se le conoce científicamente) olía a pólvora quemada.
“No es que fuera ‘metálico’ o ‘agrio’, pero era el aroma más parecido con el que lo podíamos comparar”, declaró el cosmonauta Jack Schmitt, quien realizó su caminata lunar en diciembre de 1972.
Larry Taylor, director del Instituto de Geociencias Planetarias de la Universidad de Tennessee, está de acuerdo con Schmitt. Explica que en la Tierra, cuando un geólogo rompe una roca se percibe un olor generado por el choque de minerales. En la Luna, donde cerca del 43% del suelo y la roca están compuestos de oxígeno, este aroma persiste durante mucho tiempo.
El recuerdo de Aldrin
El piloto del módulo lunar Apollo 11, Buzz Aldrin, también recuerda el olor de la Luna. El polvo que ensuciaba su traje y equipos tenía una fragancia “como el carbón quemado o similar a las cenizas de una chimenea”.
No es de extrañarse que durante algún tiempo se pensó que el polvo lunar era peligroso, capaz de encenderse espontáneamente en el aire. Fue Thomas Gold, quien fungió como investigador de la NASA hasta su muerte en 2004, quien desmintió el potencial explosivo de roca lunar.
La Luna pierde agua: 200 toneladas al año debido a meteoritos