La teoría de que las aves descienden de los dinosaurios es más vieja de lo que crees. Te contamos cómo surgió y cómo se popularizó.
Durante mucho tiempo, los científicos nos han dicho que las aves son los parientes vivos más cercanos a los extintos dinosaurios. Esta idea comenzó a fundamentarse por las similitudes anatómicas de ambas criaturas, sin embargo, el dato no deja de causar sorpresa. En particular, cuando hablamos del más imponente y temerario de todos los dinosaurios (el Tyrannosaurus rex), la sorpresa podría resultar mayor. Descubre qué aves descienden de los dinosaurios y cómo se dio dicho descubrimiento.
Qué aves descienden de los dinosaurios
En 2003, los científicos Jack Horner y Mary Schweitzer descubrieron material no fosilizado (una fina capa de tejido) en el interior de un fémur de T. rex. La forma en que accedieron a esta capa de tejido fue bastante peculiar: debido a la necesidad de transportar el fémur gigante, rompieron el hueso por la mitad para que cupiera en su helicóptero.
El hallazgo se llevó a cabo en una zona entre los estados de Wyoming y Montana, en los Estados Unidos. La pieza tenía unos 68 millones de años de antigüedad.
Dos años más tarde del hallazgo, Mary Schweitzer comenzó el análisis de la fina capa de tejido. Sus esfuerzos no fueron suficientes para recuperar ADN del hueso, pero sí logró extraer secuencias de proteínas que se compararon con las de 21 especies de aves modernas y caimanes.
Y las secuencias genéticas analizadas demostraron que la gallina común y el avestruz comparten más rasgos genéticos con el Tyrannosaurus rex que los reptiles.
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El último paso para la confirmación
Chris Organ, experto en biología orgánica y evolutiva de la Universidad de Harvard, dirigió en 2008 una investigación que retomó los datos anteriores para completar el estudio. Sus resultados se publicaron en la revista Science.
“Aunque solo teníamos seis péptidos, solo 89 aminoácidos, de T. rex, pudimos establecer estas relaciones con un grado de apoyo relativamente alto. Con más datos, probablemente veríamos la rama T. rex en el árbol filogenético entre caimanes, pollos y avestruces, aunque no podemos resolver esta posición con los datos disponibles actualmente”, argumenta Chris Organ.

Más datos sobre una asombrosa verdad
Durante varias décadas, los científicos sostuvieron la idea de que los dinosaurios eran reptiles gigantes de sangre fría, lentos y poco inteligentes. La película Jurassic Park también popularizó la idea de que los dinosaurios eran rápidos, inteligentes y muy parecidos a las aves.
Este último postulado surgió en la década de 1970, gracias a un libro del paleontólogo Robert Bakker, Las herejías de los dinosaurios. Sus postulados generaron controversia, desde luego, al ser calificados de inverosímiles. En este material se afirma que los dinosaurios eran criaturas ágiles de sangre caliente, más próximos a las aves que a los reptiles.
Sin embargo, una serie de investigaciones fueron confirmando los postulados de Bakker con el correr de los años.
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Aves y terópodos unidos por la evolución
Hoy sabemos que las aves modernas descienden de un grupo de dinosaurios bípedos, los terópodos, entre cuyos miembros se encuentran el Tyrannosaurus rex y los más pequeños velociraptores.
Los terópodos más emparentados con las aves tenían hocicos grandes, grandes dientes y poco espacio entre las orejas. Un velociraptor tenía un cráneo como el de un coyote y un cerebro del tamaño de una paloma.
Por su cuenta, los pollos y las avestruces sólo están emparentados de forma lejana con los dinosaurios. Aún hay mucho que aprender e investigar para conocer más acerca del punto de unión entre aves y los colosos que dominaron la Tierra hace millones de años.
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