El gas lacrimógeno provoca un dolor punzante en el cuerpo. Luego tos, náuseas y vómitos. Pero, ¿qué causa estos efectos?
“Puede ser abrumador e incapacitante. Una persona puede verse obligada a cerrar los ojos y no puede abrirlos”, mencionó Sven-Eric Jordt, anestesiólogo de la Universidad de Duke.
Jordt ha estudiado el gas lacrimógeno durante más de una década, aunque no cree que ése sea el mejor término para el arma.
La composición del gas lacrimógeno
Primero que nada, no es un gas, sino polvos que se elevan en el aire como una fina niebla.
“Pienso en el gas lacrimógeno como un gas para el dolor, porque activa directamente los receptores de detección de dolor“.
Las armas como el gas sarín causan parálisis muscular que puede provocar asfixia. Está diseñado para matar, mientras que el propósito del gas lacrimógeno es repeler las manifestaciones.
Específicamente, todos los agentes de gases lacrimógenos activan uno de los dos receptores del dolor: TRPA1 o TRPV1. Estos agentes pueden clasificarse en dos amplias categorías en función de cuáles de esos receptores activan.

Primera categoría
La primera categoría, los agentes activadores de TRPA1, incluye el químico llamado 2-clorobenzalmalonitrilo o gas CS. Comúnmente es utilizado por la policía.
Estos agentes son compuestos que contienen cloro que se dispersa en el aire como partículas finas.
“En realidad, se dispersan al quemarse y depositarse sobre la piel o la ropa y pueden persistir por un tiempo”.
Reaccionan químicamente con biomoléculas y proteínas en el cuerpo humano, lo cual provoca la sensación de ardor severo.
Estos agentes rara vez son letales, pero se han producido muertes cuando se utiliza en espacios confinados donde las personas no pueden escapar.
Los niños tienen un riesgo particularmente alto de sufrir lesiones, pues tienen una superficie corporal y pulmones más pequeños.
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Un compuesto más potente
El gas CS es el más común de estos agentes activadores de TRPA1, pero recientemente se ha comenzado a usar un compuesto más nuevo: el CS2 o CX.
Este compuesto contiene silicio para que pueda durar más en el medio ambiente y no se desintegra tan rápido. El resultado es un gas lacrimógeno más dañino que puede continuar afectando un área durante varios días.
Hay otros dos agentes activadores de TRPA1 utilizados para el control de disturbios: gas CR (dibenzoxazepina) y gas CN (cloroacetofenona).
Ambos son más potentes que el gas CS. Durante las protestas de la Primavera Árabe, se informó que el gas CN y CR se usaron junto con el gas CS, a veces con un efecto devastador.
Tiempo después de las protestas, se reportaron muchos abortos involuntarios en mujeres embarazadas que estuvieron expuestas.
Segunda categoría
La segunda categoría de agentes de gas lacrimógeno son los aerosoles de pimienta que activan el receptor de dolor TRPV1. Estos se derivan principalmente de la capsaicina, el compuesto de especias en los chiles.
Hay dos compuestos de uso común en esta categoría: gas OC, una solución concentrada de capsaicina natural y PAVA, una mezcla de capsaicina sintética.
Esta categoría tiene menos reacciones químicas o alérgicas, pero también es un aceite, por lo que es mucho más difícil de quitar y puede durar más.

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¿Es necesario?
Los efectos a largo plazo de cualquier tipo de gas lacrimógeno no son bien conocidos, particularmente si están relacionados con una exposición poco frecuente y breve.
Sin embargo, en un estudio sobre la condición de los residentes en los campamentos de Aida y Dheisheh en Cisjordania, Palestina, en donde las personas están constantemente expuestas a gases lacrimógenos, se encontró evidencia de que pueden causar daños en la salud y un trauma emocional, lo cual tendría un impacto a largo plazo.
A partir de ello, varios investigadores han informado que dado el riesgo de lesiones o daños, no hay escenarios en los que el uso de gas lacrimógeno tenga sentido para controlar las multitudes.
Su uso en grandes manifestaciones causa pánico, desorden y caos, y eso ha provocado más desorden que control.
“Los gases lacrimógenos causan dolor, confusión y aumentan la agresión. Obviamente no son tan seguros como pensamos”.
Con información de Scientific American.
¿Qué hacer si quedas expuesto?
Si llega a los ojos, el gas lacrimógeno puede causar lagrimeo excesivo, ardor o visión borrosa, según los CDC.
El irritante puede causar secreción nasal, así como una sensación de ardor dentro de la nariz. También puede causar dificultad para tragar, así como opresión en el pecho, tos, falta de aliento y sensación de asfixia.
Para aquellos que están expuestos a agentes antidisturbios demasiado cerca o en un espacio cerrado, puede haber más efectos a largo plazo, como ceguera, glaucoma o insuficiencia respiratoria, según los CDC.
Si participas en una manifestación por primera vez, debes estar preparado para el gas lacrimógeno.
Si es desplegado, mantén la cabeza nivelada, de acuerdo con la Guía Street Medic, un documento publicado por el colectivo Paper Revolution, que surgió del movimiento Occupy Wall Street, a principios de 2012.
Después de retirarte o a la persona afectada del peligro, el manual dice que puedes aplicar una mezcla líquida de antiácido y agua que incluye una mezcla 50/50 de agua e hidróxido de magnesio e hidróxido de aluminio.
La Guía de Street Medic recomienda usar leche si la primera opción no está disponible. Otra opción es una mezcla de agua y bicarbonato de sodio.
El bicarbonato de sodio es más barato y más fácil de transportar y almacenar que la leche refrigerada, y se puede mezclar con agua donde quiera que estés.
Primeros auxilios y limpieza
El laxante comúnmente disponible es una suspensión alcalina, lo que significa que puede neutralizar ácidos, como el gas lacrimógeno, cuando entra en contacto con ellos.
Tan pronto como puedas, es importante lavarte la piel con abundante agua y jabón.
Después de haber brindado primeros auxilios inmediatos para el gas lacrimógeno, debes quitarte cualquier prenda de vestir que pueda tener gas lacrimógeno. Según los CDC, es mejor cortarlo en lugar de quitártelo por encima de la cabeza.
Luego debes poner tu ropa expuesta en una bolsa de plástico, sellar la bolsa y luego poner esa bolsa dentro de otra bolsa de plástico para evitar que otros se expongan al químico, dice la agencia de salud pública.