Los requerimientos para evaluar la salud mental de los pilotos son sorprendentemente laxas…
El trágico siniestro del vuelo 9525 de Germanwings ha levantado preocupaciones acerca de los requerimientos exigidos a los pilotos. La mayoría de los pasajeros asumen que la persona volándolos a su destino ha pasado por rigurosas evaluaciones mentales para comprobar que sea responsable de cientos de vidas. Pero, ¿es verdad?
Oficiales de la aerolínea anunciaron que el copiloto Andreas Lubitz deliberadamente se encerró en la cabina y, en un acto suicida, dirigió el avión hacia los Alpes franceses, cobrando la vida de 150 pasajeros y miembros de la tripulación.
Durante su entrenamiento para licenciarse como piloto, Lubitz debió tomar un descanso en 2009 debido a una depresión, de acuerdo con sus antiguos compañeros de clase. Sin embargo, no mostraba signos de un trastorno bipolar, de personalidad o de abuso de sustancias, por lo que se desconoce exactamente qué problemas mentales sufría. Había pasado su examen médico anual, pero no estaba obligado a someterse a una evaluación psicológica antes de volar.
La aerolínea alemana Lufthansa, propietaria de Germanwings y la mayor en Europa, no está obligada a corroborar la salud mental de sus pilotos mediante pruebas explícitas, de acuerdo con su CEO Carsten Spohr. La única prueba que deben pasar es la médica. Los examinadores médicos deben reportar cualquier señal de alerta observada durante estos exámenes, pero los pilotos no son sometidos a evaluaciones psicológicas.
Una situación similar ocurre en el resto de las aerolíneas. La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, por ejemplo, exige a los pilotos tomar un examen físico al menos una vez al años para renovar su certificación, pero no pide una evaluación psicológica. Tras la catástrofe en Europa, expertos aseguran que la FAA trabajará para cambiar sus protocolos.
Crédito de la imagen: David Bro/ZUMA Press/EFEVISUAL

