Los primates son los únicos mamíferos que evolucionaron sus uñas para algo que no es la defensa o ataque
Estas estructuras de queratina sirven para proteger y optimizar la sensación producida al tocar los objetos; sin embargo, no son capaces de percibir sensaciones.
Al estar ubicadas sobre el punto donde se unen los nervios de los dedos, la dureza de la uña contribuye a ejercer mayor presión durante el tacto, serenado así más sensibilidad al recibir estímulos. De este modo, ayudan a manipular objetos pequeños y proteger a los dedos contra los golpes.
Por otro lado, el aparente crecimiento de las uñas es causado por la expulsión de las células muertas de la piel que cubren.
La evidencia más antigua del desarrollo de las uñas corresponde al cuerpo de una especie de lémur diminuto (Teilhardina brandti), el cual, de acuerdo con un equipo de antropólogos de la Universidad de Yale, en EUA, las usaba para sujetar frutos y ramas de los árboles en los que vivía hace 55.8 millones de años.
Los observado confirmó la idea de que los primates, a diferencia de otros mamíferos, no evolucionaron sus garras para atacar y defenderse.

