El artefacto diseñado por Leonardo da Vinci era piramidal y tenía como propósito planear
Los principios básicos de este dispositivo fueron trazados por Leonardo da Vinci en el Renacimiento (desarrolló el primer artefacto diseñado para planear a partir de la observación de las leyes de la física y la naturaleza; su paracaídas era piramidal), aunque el primer hombre que puso en acción uno fue el físico francés Louis-Sébastien Lenormand en 1783. Este hombre saltó desde un árbol con dos enormes paraguas.
Un par de años después, dos aeronautas franceses saltaron cuando estaban a bordo de un globo. Otro francés, André-Jacques Garnerin, fue el primero en utilizar de manera regular paracaídas, pues se dedicaba a hacer saltos de exhibición, incluyendo uno a 2,400 metros de altitud en Inglaterra en 1802.
El primer descenso exitoso desde un aeroplano fue de Albert Berry, capitán del ejército de E.U., en 1912. Pero en el año 852, el físico andalusí Abbas Ibn Firnas ya había decidido probar un artefacto diseñado por él mismo, con el que se lanzó desde una torre en la ciudad de Córdoba. Es el primer intento documentado de salto con un rudimentario paracaídas. Ibn Firnas se fracturó las piernas, pero flotó algunos segundos y sobrevivió.
Sin embargo tuvieron que pasar varios siglos para apreciar evoluciones en las técnicas de paracaidismo. A finales del siglo XVIII, cuando la aeronáutica tuvo un resurgimiento con el desarrollo de globos aerostáticos y otras máquinas, se recuperó la idea del paracaídas, a fin de salvar la vida de los tripulantes.

