Los niños de cuatro años no tienen la habilidad para diferenciar las formas de los colores
Al dibujar, los infantes muchas veces pintan sus figuras de manera arbitraria, especialmente en colores brillantes, independientemente de si los tonos corresponden al objeto real que buscan representar. Esto ocurre porque básicamente no han desarrollado la habilidad para ligar formas con colores específicos.
Dicha teoría fue propuesta por la psicóloga Vanessa Simmering de la Universidad de Wisconsin, EUA, quien realizó pruebas en 56 niños de cuatro y cinco años de edad: se les pidió que vieran en la pantalla de una computadora una serie de objetos coloreados y con tres formas distintas, cada una de las cuales cambiaba en intervalos de pocos segundos. Posteriormente se le preguntaba al infante sobre las cosas nuevas que pudo percibir en cada transición.
Así, los resultados presentados en “Por qué los niños pintan de azul los árboles” (New Scientist, 2009) indican que lo de 4 años, aunque detectaron la diferencia de colores con respecto a imágenes previas, no prestaron atención en cuál forma ocurría el cambio.
Por su parte, los niños de cinco años no presentaron dificultades para observar e identificar ambas variables. Esto sugiere que la habilidad para combinar esos tipos diferentes de información visual, que se almacenan en grupos separados de neuronas, se desarrollan a partir del quinto año de vida de las personas.