Un grupo de médicos ingleses aseguran que no es el personaje indicado para desarmar una bomba nuclear…y algunas otras cosas
El gusto por los martinis de vodka es una característica bien conocida del espía seductor más famoso del Servicio Secreto británico. Pero tras analizar las novelas de Ian Fleming, los doctores aseguran que 007 no es la persona indicada para desarmar una bomba nuclear. Según sus cálculos, James Bond bebe el equivalente a un botella y media de vino diariamente, por lo que sería un hombre impotente y moribundo.
Tres médicos de la Universidad de Nottingham y el Hospital Real de Derby, ambos en Reino Unido, dedicaron su tiempo libre a leer las 14 novelas de James Bond y anotar cada vez que el personaje bebía. Salvo por los 36 días que estuvo ya sea en prisión, en el hospital o en rehabilitación, Bond bebió 1,150 unidades de alcohol en 88 días. Una unidad de alcohol representa la cantidad aproximada de etanol que un adulto sano puede metabolizar en una hora, generalmente 8 gramos.
Los médicos reportaron en la edición festiva de British Medical Journal que en su peor día, James Bond consume 50 unidades de alcohol (en Desde Rusia con amor, 1957). Al graficar los hábitos alcohólicos de Bond, notaron que el personaje empieza a beber con mayor frecuencia, 132 unidades a la semana, en Sólo se vive dos veces (1964). Argumentan que probablemente se deba a la muerte previa de su esposa en Al servicio Secreto de su Majestad (1963).
Los doctores concluyen que James Bond es sin duda un alcohólico, pues bebe en promedio cuatro veces el consumo máximo recomendado para hombres en Reino Unido. Por lo tanto, el personaje es completamente incompatible con el estilo de vida que lleva; en vida real no sería inteligente, ni estaría en buena forma, ni sería un buen amante, sino que tendría cirrosis y sería impotente.
Si bien el estudio fue hecho en broma como un pasatiempo, los autores intentan enviar un mensaje importante acerca del riesgo del alcohol. James Bond es un personaje que suscita admiración y a menudo ha sido considerado un ejemplo a seguir. Sin embargo, no hay nada admirable en el alcoholismo, enfermedad que cobra 2.5 millones de vidas cada año alrededor del mundo.