El desinfectante para manos es un líquido o gel que generalmente se usa para disminuir los agentes infecciosos en las manos. Para los trabajadores de la salud, en particular, los desinfectantes de manos pueden prevenir muchas enfermedades que de otro modo se extenderían entre pacientes y trabajadores.
Pero, ¿quién lo inventó?
Raíces: Desinfectantes antiguos
Antes de que existiera el desinfectante para manos o gel antibacterial, las personas sabían que el alcohol podía esterilizar.
El alcohol, en realidad, se deriva de al-kuhl, un término para el antimonio (elemento químico) que los antiguos egipcios usaban para tratar infecciones oculares hace poco más de cinco mil años.

Posteriormente se han encontrado referencias sobre el uso de alcohol para el tratamiento de heridas por parte de médicos como Claudio Galeno (131-201 dC), y más de mil años después, uno de los más importantes cirujanos en la Edad Media, Guy de Chauliac (1363).
El alcohol como antiséptico moderno
La evidencia científica real de las propiedades antimicrobianas del alcohol no llegó, sino hasta 1875.
Asimismo, la introducción del alcohol en el procedimiento quirúrgico comenzó con varios médicos conocidos que recomendaron el alcohol para la desinfección de manos y superficies antes de la cirugía en 1888. En 1930, el etanol era el antiséptico preferido para la piel en los hospitales.
Invención del desinfectante para manos 1966
Para 1996, no era ningún secreto que el alcohol mataba los gérmenes, pero no había una forma real de aplicarlo sobre la marcha y en el hogar.
Fue entonces cuando a una estudiante de enfermería llamada Lupe Hernández de Bakersfield, California, tuvo la idea del desinfectante de manos.
De acuerdo con The Guardian, Hernández se percató que el alcohol entregado a través de un gel podía limpiar las manos en una situación en la que no había acceso a agua tibia y jabón.
Sin embargo, a pesar de haber patentado su idea, el gel antibacterial fue utilizado como un producto exclusivo de hospitales y clínicas hasta 1988, cuando la empresa privada Gojo lanzó al público Purell, el primer gel sanitizante comercial en la historia.
En los años posteriores, una variedad de problemas de salud pública, desde Sars y gripe aviar hasta gripe porcina, estimuló la demanda de estos productos por parte de los consumidores.
Su transición al accesorio personal comenzó a raíz del brote de H1N1 de 2009, cuando las ventas de geles y toallitas antibacterianas se dispararon.
Un informe publicado en Los Angeles Times durante el período del brote de H1N1 señaló que el crecimiento de los geles para manos también generó una demanda de dispensadores personalizados.
A continuación, puede ver un anuncio de Purell de la década de 1990.

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