Conoce la ciencia detrás del proceso que nos permite ver imágenes en movimiento sin que aparezcan borrosas
Investigadores de la Universidad de California, han identificado el ‘pegamento’ molecular que construye las conexiones cerebrales que mantienen las imágenes visuales claras y quietas, incluso cuando los objetos o nuestros ojos se mueven.
Utilizando modelos ratones y células humanos, los científicos demostraron que la estabilización de las imágenes depende de la unión de dos proteínas, Contactin-4 y la proteína precursora amiloidea (PPA), durante el desarrollo embrionario.
Los investigadores explican que ciertos sensores en el ojo detectan el movimiento y conectan con el cerebro en la forma correcta para indicar a tus ojos en que dirección moverse para las imágenes no se vean borrosas. Hasta ahora se desconocía la forma en que los ojos y el cerebro controlaban ese sistema a nivel molecular.
Para determinar la forma exacta en que nuestro sistema de la vista y el cerebro mantienen los objetos estables, el equipo de investigadores etiquetó conjuntos específicos de neuronas en el cerebro para crear conexiones específicas. Este enfoque permite que los científicos observen componentes individuales de la visión y, eventualmente, identifiquen los genes exactos que las células utilizan durante el desarrollo, cuando crean los conexiones apropiadas.
Con esa base, los investigadores encontraron la molécula adhesiva Contactin-4 y determinaron que su expresión es muy específica en las células oculares involucradas en la estabilización de las imágenes. Cuando los investigadores mutaron Cantactin-4, el circuito no se formó de la manera correcta y las células visuales no podían comunicarse correctamente con el cerebro. Por otro lado, al agregar la molécula a una célula que no la produce normalmente, esa proteína adicional era suficiente para crear circuitos para la conexiones cerebro-ojos de estabilización.
Posteriormente analizaron que proteínas se unían con Contactin-4. Descubrieron la proteína precursora amiloidea, que ha sido reconocida y estudiada por su papel en el Alzheimer, pero que también juega una papel importante en el desarrollo cerebral. Identificaron que cuando la segunda proteína no esta presente, Ctactin-4 no puede controlar el desarrollo del circuito de la vista.
Ahora, los investigadores planean utilizar el mismo método para analizar la forma en que los genes y ciertas conexiones neuronales específicas fallan en padecimiento cognitivos y buscar una forma de regenerar o reconectar circuitos dañados por enfermedades o heridas.
Los resultados fueron publicados en el diario Neuron.

