Si un día vas paseando por la calle y de repente un desconocido pasa a tu lado y te suelta un “narizotas”, cabe la posibilidad de que no haya podido evitar criticar tu nariz. Es un ejemplo de lo que se conoce como síntomas complejos socialmente inapropiados no obscenos, característicos del síndrome de Tourette.
Dentro de este tipo de síntomas se incluyen, según Clare Eddy y Andrea Cavanna, del National Centre for Mental Health de Birmingham, los insultos a otras personas, el hacer comentarios socialmente inapropiados y el cometer acciones socialmente reprobables como por ejemplo gritar ¡bomba! en medio de un aeropuerto y provocar el espanto de los presentes.
En el síndrome de Gilles de la Tourette habría que distinguir otro tipo de síntomas de carácter obsceno que, aunque muy llamativos son poco frecuentes pues menos del 15% de los pacientes suele presentarlos. Es el caso de la coprolalia, que es una tendencia a decir palabrotas o a utilizar lenguaje obsceno de forma compulsiva e incontrolada, y la copropraxia o tendencia a efectuar gestos groseros.
Las personas que sufren de coprolalia compulsiva son incapaces de controlarse (ya que se trata de un trastorno de desinhibición) y, por tanto, les lleva a múltiples problemas tanto en su vida personal como laboral. Este hábito de lenguaje obsceno compulsivo es el resultado de un mal funcionamiento de ciertos neurotransmisores del cerebro pero se desconoce de forma concluyente el origen de esta patología.
Estos síntomas tienen un impacto directo en la calidad de vida de los pacientes por los problemas que ocasionan a nivel escolar, laboral y en las relaciones sociales. Por ello no sólo deben ser incluidos dentro de los planes de tratamiento sino que podrían ser utilizados como un indicador de la eficacia de los mismos.
Uno de los tratamientos más comunes para mitigar los efectos de esta patología es el uso de la toxina botulínica (más conocida como Botox), un tipo de bacteria tóxica que puede ser inyectada cerca de las cuerdas vocales y que paraliza temporalmente los músculos de esa zona, disminuyendo así los arrebatos verbales.
Aunque la coprolalia es el síntoma mas conocido del ST, ocurre en una minoría de pacientes con ST.

