Ahí están, pero pasan desapercibidas para nosotros, por ello nunca nos preguntamos cuál es la razón de su forma pero, como todas las cosas de la vida cotidiana, tienen su historia. Entérate de los antecedentes y las tragedias humanas que llevaron a este desarrollo tecnológico.
El De Havilland Comet 106 fue el primer avión comercial en la historia, su diseño fue resultado de una recomendación de la Comisión Brabazon, que durante la Segunda Guerra Mundial propuso la creación de una aeronave comercial capaz de aprovechar las modernas tecnologías que se desarrollaban en aquellos años.
Por fin el proyecto comenzó a desarrollarse a fines de los años cuarenta por la prestigiosa compañía británica De Havilland al utilizar los mejores materiales y tecnología del momento: aluminio reforzado, motores encastrados en la raíz del ala, aerodinámica avanzada, alas con flecha moderada, enormes remaches… todo para un avión trasatlántico capaz de generar una velocidad que abreviara tiempos de recorrido y con el alcance suficiente para poder viajar sin escalas, por ejemplo, de Europa hasta América.
¡Estamos listos para despegar!
La primera ruta del llamado Comet G-ALYP la recorrió el 2 de mayo de 1952 y fue Londres-Johannesburgo; por supuesto los boletos se agotaron. Pronto este avión aventajaba a los de helice que para aquellos años hacían las rutas comerciales de viaje internacional pues no eran cubiertas por Rusia, por ello la vanguardia en aeronáutica comercial eran los llamados Constellatio. La otra opción eran las líneas de buques trasatlánticos, de manera que el Comet resultó la alternativa adecuada de vuelo comercial.

“Accidente del Comet 1 G-ALYZ en Roma”
El 10 de enero de 1954, el Vuelo 781 de British Overseas Airways Corporation un de Havilland DH.106 Comet, registrado como G-ALYP, despegó desde el Aeropuerto de Roma-Ciampino en Roma, Italia, en ruta hacia el Aeropuerto de Londres-Heathrow en Londres, Inglaterra, en el tramo final de su viaje desde Singapur.
Aproximadamente a las 10:00 GMT, el avión sufrió una descompresión explosiva en altura y se estrelló en el Mar Mediterráneo, muriendo todas las personas que estaban a bordo.
Entonces se inició la investigación y búsqueda. Mientras esto sucedía otro Comet simplemente desapareció. Ante esto se ordenó mantener la flota en tierra mientras que la Marina Real y la Real Fuerza Aérea británicas realizaban la investigación más exhaustiva en aquellos años respecto a material de aviación.
Finalmente se descubrió que el accidente lo provocó una falla en la ventanilla cuadrada, que logró fracturar el fuselaje y detonó una explosión de descompresión que generó la caída del avión. Debido a esto De Havilland rediseñó las ventanillas haciéndolas más pequeñas y redondeadas, pero cuando realizó tales adecuaciones el mercado había sido acaparado ya por el Boeing 707, del cual se vendieron 1010 unidades; el Comet no pudo recuperar la preeminencia de su éxito. Como resultado ahora las ventanillas están compuestas por dos páneles de presión y un tercero que impide a los pasajeros acceder a los otros dos a fin de prevenir un accidente.