Al hablar de ciudades inteligentes, Songdo es la primera que viene a la mente. Construida sobre 610 hectáreas a las afueras de Seúl en Corea del Sur, la futurista metrópoli cuenta con todos sus sistemas de información interconectados. El proyecto de 35 mil millones de dólares es sin duda una gran demostración del uso de tecnología, pero ¿es exitoso?
Fue creada en 2009, con el fin de ser el epicentro económico más importante de Corea del Sur y todo el noreste de Asia.

Vivir en una ciudad inteligente
Songdo, desarrollado a lo largo del frente marítimo de Incheon, a 65 kilómetros al oeste de Seúl, ofrece a sus habitantes grandes comodidades. Sensores esparcidos por toda la ciudad alertan a las personas acerca de la temperatura, el uso de energía y el tráfico. Incluso avisos personales anuncian la llegada del transporte público, un verdadero lujo si se considera que la ciudad fue diseñada alrededor de un parque central, de tal manera que todo residente pueda caminar al trabajo.
Toda la ciudad, incluyendo el metro, cuenta con wi-fi de alta velocidad y cada hogar es equipado con un sistema de telepresencia que permite controlar sistemas como el de calefacción y seguridad, además de ofrecer video conferencias que brindan cuidado médico, educación y servicios gubernamentales.
Es considerada como la “ciudad más inteligente” del mundo.
A diferencia de otras ciudades, en el distrito comercial internacional de Songdo no hay camiones de basura. Los deshechos son succionados directamente de las cocinas individuales hacia un sistema de túneles subterráneos donde la basura es automáticamente separada y procesada. En un futuro, algunos de estos desechos servirán para producir energía renovable.
Los edificios y las calles de Songdo están llenos de sensores que monitorean todo, desde el uso de la energía hasta el flujo de tráfico, todo ello con miras a la sostenibilidad.
El distrito cuenta con más de 20 millones de pies cuadrados de espacio con certificación LEED: “la concentración más alta de proyectos con certificación LEED en el mundo”, según sus desarrolladores.

Para un lugar que se esfuerza por volverse libre de automóviles, los caminos de Songdo son locamente anchos, abarcan hasta 10 carriles. Sin embargo, el metro se conecta tanto al sistema existente de Incheon como a la red ferroviaria de Seúl.
Las rutas de autobús transportan a los pasajeros directamente desde Songdo a los modernos vecindarios de Seúl, como Hongdae y Gangnam.
La ciudad está construida alrededor de un ‘parque central’ que utiliza plantas autóctonas.
Sus diseñadores se inspiraron en varias ciudades y buscaron reproducir lo que consideran características urbanas exitosas, como el Central Park de Nueva York y los sistemas de canales de Venecia.

Lo que no tiene: suficientes personas
Si bien la proximidad de Songdo a Seúl es una ventaja para los negocios y las personas que viajan a diario, también presenta el peligro de convertirse en una comunidad de habitaciones, como ha sido el destino de muchas otras ciudades nuevas en el área de Seúl.
A pesar de sus maravillas modernas, Songdo no ha podido atraer a las suficientes personas. Por su dependencia a la tecnología ha sido nombrada una “ciudad en una caja”, pero al parecer permanecerá una caja vacía. Únicamente ha alcanzado la mitad de su capacidad, con menos del 20% del espacio comercial ocupado.
Songdo es un destino para las aves migratorias, y ha enfrentado desafíos para equilibrar sus objetivos de desarrollo sostenible con los llamamientos de los ambientalistas para preservar los hábitats de las aves. Si bien la ciudad pretende ser ‘verde’, cualquier desarrollo altera el entorno natural.
¿Es barato? Uno de los principales problemas que han enfrentado, es que a pesar de sus ventajas tecnológicas, los costos de mudarse a una smart city son muy altos para las empresas.
Quizá en un futuro cercano alcance su máximo potencial. ¿Te gustaría vivir en una ciudad como Songdo?

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