La genética humana podría verse influenciada por los cambios culturales
No deberíamos poder beber leche, nuestros ancestros eran incapaces de digerirla. No fue sino hasta en los últimos 9 mil años que los humanos adultos logramos ingerir leche sin enfermarnos. Esta habilidad adquirida de procesar la lactosa surgió junto con la ganadería. De hecho, las culturas con una historia importante de ganadería poseen genes que les permiten una mayor tolerancia a la lactosa.
Éste, es tan sólo un ejemplo de cómo las tradiciones y prácticas culturales pueden influenciar el camino de nuestra evolución. Tradicionalmente se pensaba que la cultura y la genética eran dos procesos separados, sin embargo, los investigadores están cada vez más concientes de que están íntimamente ligadas, influenciándose mutuamente.
Al domesticar ciertas plantas, adquirimos los genes necesarios para desintoxicarnos de los químicos encontrados en los vegetales que comemos. Con la invención de la cocina alteramos nuestras mandíbulas y el esmalte de nuestros dientes. Conforme fuimos explorando nuevos territorios cambiamos genéticamente para soportar climas más extremos que nuestros antepasados. Son mucos los ejemplos de cómo el comportamiento determina la evolución.
Curiosamente, la influencia cultural en la genética no es exclusiva del hombre. Un proceso similar podría estar ocurriendo entre los delfines de la Bahía Tiburón en Australia. Un estudio liderado por Anna Kopps de la Universidad de Nueva Gales del Sur, demuestra que los delfines utilizan esponjas marinas para protegerse la cara mientras hurgan el fondo del mar en busca de comida, un comportamiento aprendido de madre a hijos que podría reflejarse en sus genes.
Si podemos definir exactamente cómo es que la cultura influye en nuestra composición genética, y cómo el mismo procesa aplica para otras especies, podríamos tener un mejor entendimiento de cómo nuestras acciones en sociedad influirán nuestro futuro. Por ahora, este interrogante permanece el mayor desafía del campo de la co-evolución genética y cultural. Quizá algún día podamos predecir cómo afectará la tecnología nuestra evolución.

