Los que son utilizados en los edificios de alta seguridad están diseñados para contener explosiones
Los cristales a prueba de balas no existen. No es posible fabricar ventanas que ofrezcan una protección total contra los disparos. Algunos sólo son ‘resistentes a las balas’ porque los atacantes “siempre pueden regresar con un arma más grande”, explicó Ken Sampson, dueño y fundador de la empresa United States Bullet Proofing Inc., a la BBC, luego que el miércoles pasado se registrara un ataque a la Casa Blanca con disparos y al parecer uno no entró al sitio debido a un cristal de protección.
Algunos lugares, por su tipo de operaciones, tienen una ‘armadura balística’, en la que el vidrio templado de las ventanas o ventanillas ha sido reemplazado con cristal resistente a las balas. La resistencia de los vidrios se mide según la cantidad y tamaño de balas que pueden rebotar contra el cristal. El vidrio laminado pesado, a veces de hasta 10.2 centímetros de espesor, es el que desde la Segunda Guerra Mundial se utiliza en los vehículos blindados y edificios para protegerse de las balas. Está compuesto por láminas delgadas de vidrio pegadas con poliuretano o etilvinilacetato, también conocido como goma eva. Por supuesto, son más costosos y los edificios en los que se utiliza tienen que ser reforzados para soportar el peso adicional. Una opción más ligera es el policarbonato termoplástico colocado en capas entre hojas de vidrio.
En el caso de los edificios de alta seguridad, además de las armas de mano, están diseñados para resistir disparos de fusiles de alta velocidad. Tienen más capas de vidrio, aunque la tecnología ha hecho posible la producción de materiales blindados transparentes más delgados y ligeros. Pero la principal diferencia con los que se utilizan en sitios comerciales es que son a prueba de explosiones, porque los ataques con bombas tienen el potencial de causar más daños que las armas de fuego, debido a que los fragmentos resultan con frecuencia más letales que las balas. Vía: BBC

