Los niños expuestos a mercurio y plomo son de 3 a 5 veces más susceptibles a ser identificados por sus maestras con TDAH
Los niños expuestos a mercurio y plomo son de 3 a 5 veces más susceptibles a ser identificados con TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad), según un estudio publicado en Environmental Health Perspectives.
El estudio es el primero en encontrar una estadística más alta en niños expuestos a mercurio en su etapa de gestación en el vientre.
Investigadores de la Universidad Laval en Quebec, Canadá, encuestaron a maestras de 279 niños, con edades de ocho a 14 años, en Nunavik, región al norte de Quebec, usando preguntas estandarizadas desarrolladas por psiquiatras para detectar TDAH.
La psicóloga Gina Muckle, líder de la investigación, alega que los resultados son importantes, pues demuestran que los efectos del mercurio en los niños no son sutiles: las maestras pueden notarlo.
Así, los efectos de la exposición a metales pesados en el vientre “pueden ser clínicamente significantes y podrían interferir con el desempeño para aprender en clase”, dice el estudio.
Los niños con los niveles más altos de plomo en la sangre, son cuatro o cinco veces más identificables, por sus maestras, para tener TDAH, que compañeros con niveles bajos de estos metales pesados.
“Estamos viendo esos efectos en niveles muy bajos de plomo en la sangre” dijo Muckle.
Aunque los resultados vienen de un estudio en el Ártico, son considerados universales.
“A niveles similares de exposición, sin importar la fuente, el efecto debería ser similar” menciona Muckle a Scientific American.
El pescado y la carne de ballena consumida por las madres en el embarazo son la fuente de mercurio para estos niños. El plomo viene de alimentos ingeridos por los niños, cazados con armas de fuego.
También los niños de la región Nunavik suelen ingerir mercurio de la carne de beluga, metal que se acumula en peces grandes y mamíferos en la cima de la cadena alimenticia.
Uno de los resultados más intrigantes es que el mercurio está ligado a problemas de atención, mientras que el plomo a la hiperactividad. La diferencia podría ser el tiempo de exposición: el mercurio en el vientre de la madre y el plomo en la niñez.
Los niveles tan altos de mercurio son raros en poblaciones no pertenecientes al Ártico.
Pero la investigadora cree personas de Asia, que comen grandes cantidades de atún, pez espada y otros peces grandes, podrían estar expuestos.
El estudio es parte de una investigación de dos décadas en niños de Nunavik, que están expuestos a los niveles más altos de mercurio y químicos industriales, como bifenilos policlorados, en el mundo.
Se estudiaron los efectos de la contaminación en niños nacidos en 1993 y 1996.