Los agentes farmacológicos que se crean con ejercicio intenso producen sustancias que desarrollan cardiopatías
Un nuevo estudio, publicado en línea el 4 de junio en Mayo Clinic Proceedings, sugiere que el ejercicio de resistencia excesivo podría poner en riesgo a los atletas de sufrir un daño cardiaco permanente, y posiblemente episodios cardiovasculares que pueden terminar en la muerte.
Se podría decir que “una rutina de actividad física diaria puede ser altamente efectivo para la prevención y tratamiento de enfermedades como cardiopatías coronarias, hipertensión, parco cardiaco y obesidad” dijo James O’Keefe del Mid-America Heart Institute del Hospital Saint Luke, ciudad de Kansas, coautor del estudio.
Pero después de repasar documentos y archivos de atletas de alto rendimiento, O’Keefe y sus colegas encontraron evidencia que, en largo plazo, este tipo de entrenamiento podría modificar la actividad del corazón, no benignamente.
Los investigadores descubrieron que muchos de estos atletas han elevado temporalmente niveles de sustancias que promueven inflamación y daño cardiaco.
En una prueba se demostró que los corredores que se encuentran en medio de un maratón o terminando un maratón muestran estas sustancias cardiopáticas, durando días después de disputar el evento.
Al pasar el tiempo con este patrón de actividades, estos compuestos pueden rasgar el corazón y sus arterias principales, así como a los ventrículos, lo que a su vez puede conducir a un ritmo cardiaco irregular y peligroso (arritmias) y la muerte cardiaca súbita, posiblemente.
“El ejercicio físico, aunque no es una droga, posee rasgos de poderosos agentes farmacológicos (…) más allá del cual los efectos adversos del ejercicio físico, tales como traumatismos óseos y musculares, y el estrés cardiovascular, pueden ser más peligrosos que benéficos” dijo O’Keefe a Scientific American.
Las estadísticas dicen que cerca de 70 mil personas compiten en por lo menos en un ultra maratón (50 kilómetros) cada año, por lo que las investigadores sugieren que los atletas de alto rendimiento deben periódicamente bajar su actividad física en una hora, dependiendo del la rigurosidad del ejercicio.