Por mucho que sea una obra de ficción, la película Parásitos, del director Bong Joon Ho exploró la realidad de la banjiha, el nombre dado al sótano en el que vive la familia del señor Kim.
¿Qué son exactamente? Para comprender más y conocerlos, Julie Yoon, del servicio coreano de la BBC, los visitó y descubrió cómo es vivir allí.
La película surcoreana Parásitos hizo historia en la ceremonia del Oscar número 92, por ser el mayor ganador de la noche, con cuatro estatuillas, se convirtió en la primera película que no habla inglés en ganar la categoría de Mejor Película.
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Vivir en un banjiha
Un banjiha, por extraño que parezca, es una especie de sótano muy común en Seúl, capital de Corea del Sur, que retrata la situación política que vivieron con sus vecinos de Corea del Norte.
En 1960 agentes norcoreanos se infiltraron en el sur y hubo muchos incidentes terroristas, por lo que el gobierno ordenó que todas las nuevas construcciones tuvieran sótanos que sirvieran como refugios en caso de cualquier ataque nacional o emergencia.
Inicialmente, el alquiler de estos espacios estaba prohibido, pero esto cambió con una crisis de vivienda que afectó a la ciudad en la década de 1980.
Con muchos habitantes y pocos hogares, el gobierno local cambió su legislación y el banjiha se legalizó.

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Habitar uno en la actualidad
En los últimos años, las personas más jóvenes han comenzado a buscar estos sótanos, ya que su alquiler es mucho más barato. Sin embargo, la estructura suele ser un poco precaria.
El informante de la BBC, platicó con Oh Kee-cheol, quien vive en un banjiha. El lugar apenas recibe luz solar y su residente sufre de alta humedad y moho durante el verano.
Además, el baño de este banjiha no tiene un lavabo, está a medio metro del piso y su techo es tan bajo que Oh necesita doblar ligeramente las piernas para ponerse de pie.
A pesar de estos problemas, Oh Kee-cheol garantiza que ya se ha acostumbrado al lugar:
“Sé dónde están todas las irregularidades y las luces”, dijo.
Como se muestra en la película Parásitos, los banjiha también se han convertido en un problema social, ya que la mayoría de los surcoreanos a menudo los asocia con la pobreza.
“Elegí este lugar para ahorrar dinero y estoy logrando ahorrar mucho. Sin embargo, ya me di cuenta de que la gente siente pena por mí. En Corea del Sur, la gente piensa que es importante tener un buen automóvil o una casa. Creo que los banjiha simbolizan la pobreza”, dijo.
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Oh dijo que está ahorrando dinero para comprar una casa en el futuro y solo se arrepiente de su elección: “Solo lamento que mi gato, April, no pueda aprovechar mucho la luz del sol”, dijo.
Asimismo, la BBC también habló con la pareja Park Young-jun y Shim Min, otros residentes de un banjiha.
Se mudaron a uno de esos sótanos y poco después vieron a Parásitos en el cine.
Debido a la película, Park prende varias varitas de incienso y deja el humidificador encendido constantemente para que el banjiha no tenga el mismo olor que se convirtió en la razón de la queja de Kim (personaje) en Parásitos.
Por su parte, Shim, quien vivió en un piso en la infancia, admitió que tenía una visión negativa de la banjiha y que no le gustaba la idea de mudarse a una de ellas, pero que ya se había acostumbrado. Aún así, espera que ella y su novio salgan del lugar algún día.
“Amamos nuestra casa y estamos orgullosos del trabajo que hemos realizado en ella. Pero vamos a avanzar ”, dijo.
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