¿Sabes la respuesta?
El desierto de Atacama, situado en el norte de Chile, se extiende a lo largo de 2,000 km y es el más árido y seco del planeta. Además del intenso calor, el agua es tan escasa que en algunas zonas se han llegado a registrar periodos de hasta 400 años sin lluvias. A pesar de estas inhóspitas condiciones, la vida es capaz de abrirse camino; en ocasiones, de manera sorprendente.
Los chilenos llaman desierto florido a un fenómeno que se produce en años en que tiene lugar un inusual aumento de las precipitaciones. El resultado son kilómetros de paisaje árido y desolado transformados en un paraíso multicolor. Numerosas especies vegetales, muchas de ellas endémicas de Chile, afloran tras haber sobrevivido años en estado de latencia.

