Una complicada crisis económica y social inspiró la historia de ‘El juego del calamar’, una de las series más exitosas de Corea del Sur.
El mundo entero ha escuchado la historia de El juego del calamar, la serie surcoreana que se convirtió en un suceso internacional después de su venta a una plataforma de streaming. Tutoriales para aprender a jugar las dinámicas infantiles del programa han proliferado en YouTube; las ventas de los tenis que ocupan sus personajes aumentaron un 7,800% en solo unos días; cientos de textos se han escrito con teorías de una posible segunda temporada, e incluso escuelas se han visto obligadas a prohibir a sus alumnos recrear cualquiera de las situaciones presentadas en el show producido por Siren Pictures Inc.
Sin embargo, todo esto parece ser un efecto colateral provocado por la trama de la serie, que curiosamente se originó como un retrato distópico de una de las crisis económicas más graves que ha atravesado Corea del Sur en su historia moderna.
¿Cuál es la historia detrás de El juego del calamar?
Ideada en 2009, El juego del calamar sigue a un grupo de personas comunes y corrientes que reciben una extraña invitación para completar una serie de juegos mortales con la promesa de recibir una jugosa recompensa. Aunque provienen de diferentes entornos, los ahora aspirantes a una bolsa de 45 mil 600 millones de wones ($39 millones de dólares aproximadamente) comparten una característica que los orilla a aceptar la peligrosa oferta: todos están endeudados a rabiar.
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A lo largo de los primeros episodios de la serie, el guion escrito por Hwang Dong-hyuk presenta las historias de los personajes antes de entrar al “juego”. Uno de ellos quedó sumido en la miseria después de endeudarse con un negocio fallido, otro es un enfermo terminal que prefiere sacrificar su vida a continuar viviendo sin el cobijo de nadie y uno más es un inmigrante pakistaní que acepta arriesgarlo todo tras meses sin cobrar su salario en la fábrica donde trabaja.
Todos, de una u otra forma, fueron víctimas de un sistema que parecía ser clave en la apertura de Corea del Sur al mundo. Al igual que su creador, quien confesó haber tenido que vender su laptop para poder comer, los protagonistas de El juego del calamar se enfrentan a una preocupación –y necesidad– mundana que los lleva a tomar una decisión que podría terminar con su vida. La crisis económica y social que los asfixia es más grande que sus instintos de supervivencia. Pero ¿qué llevó a la sociedad surcoreana, una de las más avanzadas de Asia, a caer en esta problemática nacional?
La crisis económica que afecta a Corea del Sur e inspiró El juego del calamar
En la misma línea que Parasite –la película de Bong Joon-ho ganadora de 4 premios Oscar y la Palma de Oro del Festival de Cannes–, El juego del calamar toma como punto de arranque las trágicas vidas de la clase baja surcoreana, aquellas marcadas por las deudas, el desempleo juvenil y las precarias ofertas de vivienda disponibles.

De acuerdo con datos publicados por The Conversation, la disparidad de clases en Corea del Sur ha aumentado considerablemente en los últimos cuatro años. También lo ha hecho la deuda en los hogares surcoreanos, elevando sus márgenes hasta superar el 100% del Producto Interno Bruto (PIB). “En términos individuales, significa que incluso aunque ahorraras cada centavo que ganaras durante todo un año, seguirías siendo incapaz de pagar tu deuda“, señaló Lee In-cheol, director ejecutivo del Real Good Economic Research Institute a The Guardian.
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Desafortunadamente, el establecimiento de deuda también ha generado que más y más personas recurran a préstamos interminables e impagables. Si bien los bancos y el gobierno ya han aplicado medidas para frenar esta burbuja financiera –desde limitar los créditos en sociedades jóvenes hasta proponer un freno al crecimiento de los intereses– el impacto en la sociedad es difícil de detener.
¿El futuro surcoreano estará lleno de deudas?
Corea del Sur no es el único país con un problema social provocado por las deudas individuales. Mucho menos en un mundo que apenas sale de los efectos de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, su reto parece ser inherente al sistema económico y social que adoptaron como propio: el capitalismo.
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Aunque un escenario en el que las personas arriesguen su vida por librarse de sus problemas financieros es improbable, no debemos olvidar que las deudas representan un auténtico riesgo para la sociedad. Hoy por hoy, los problemas económicos son la principal causa de suicidio en el país asiático y uno de los mayores detonantes de sus niveles de inseguridad. De seguir así, la sociedad surcoreana podría derrumbarse y destruir su futuro. Y eso, no es un juego.
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