The Fight Club Thailand se fundó en 2016, inspirado por la película de culto protagonizada por Brad Pitt y Edward Norton, The Fight Club.
“Aquí no necesitas saber cómo luchar. Solo necesitas corazón y eso es todo”, dice a AFP Chana Worasart, cofundador de Fight Club Thailand, un sitio donde se llevan a cabo peleas clandestinas en Bangkok, la capital de Tailandia.
Este sitio se fundó en 2016 inspirado por la película de culto protagonizada por Brad Pitt y Edward Norton, The Fight Club, que a su vez está basada en la novela del mismo título escrita por el autor Chuck Palahniuk.
El sitio se encuentra en un paso a desnivel y está decorado con farolas callejeras. Hombres de todas las edades y profesiones (ninguno de ellos es peleador profesional) se dan cita para trenzarse en peleas clandestinas. El club se autodenomina “el ring que convierte la violencia en amistad”.

Fight Club Thailand cuenta con un grupo privado de Facebook de 73.000 miembros. Pese a que intenta conseguir cierto anonimato, en realidad este sitio es cada vez más conocido en la ciudad.
“Creo que la popularidad responde a la variedad de ocupaciones y estilos de combate, que son diferentes a los estilos en el ring profesional”, afirma Worasart, de 30 años, a AFP.

Cómo son las peleas en el Fight Club Thailand
Las batallas en este extraño recinto se desarrollan en un round de 3 minutos donde deben ir con todo para ganar. Aunque esto es relativo, ya que no se declara un vencedor.
Sin embargo, existen algunas normas a las que los combatientes se tienen que ceñir: está prohibido dar golpes con los codazos, agarrar o lanzar al oponente al suelo o golpearle la nuca.
La policía tailandesa está enterada de lo ocurrido en este sitio desde 2016 cuando los combates fueron denunciados por algunas personas. Estas peleas clandestinas pueden vulnerar la Ley de Boxeo tailandesa y los participantes pueden ser castigados con penas de un año de cárcel y multas de hasta 600 dólares.

A pesar de ello, las pelas han seguido adelante sin que la ley caiga sobre ellas. Los responsables del club aseguran que su actividad no se rige por la Ley de Boxeo y su cofundador Chana afirma que el grupo está aprobado por la administración provincial.
“No me opongo a la idea de convertir estas peleas en legales y autorizadas. Pero al mismo tiempo, no podemos perder la identidad clandestina, así que la pregunta es: ¿Dónde está el equilibrio?”, argumenta.

“Mis manos tiemblan. Mis rodillas tiemblan también. Pero cuando salgo al centro, me siento bien”
Antes de comenzar el combate, los luchadores muestran sus respetos al tocar los guantes de su contrincante, al tiempo que la multitud ruge con entusiasmo en medio de las luces de Bangkok, una de las ciudades donde las artes marciales son bastante populares.
El ruso Ilya Ostroushcenko es uno de los combatientes habituales del Fight Club Thailand. El combatiente de 22 años reconoce a la AFP:
“Mis manos tiemblan. Mis rodillas tiemblan también. Pero cuando salgo al centro, me siento bien”.
Poco a poco, el club ha ido estableciendo reglas claras y un orden en la organización. Por ejemplo, existen guías para el combate, procedimientos de selección de los miembros, una firma de aceptación de riesgo, equipo de protección y asistencia médica.
“No pedimos a los luchadores que se maten entre ellos. Si te sientes muy cansado o herido para continuar, entonces paramos la pelea”, dice Chana cuando está a punto de empezar un combate.
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